RBA ha publicado en nueva traducción las historias de Hammett protagonizadas por el agente de la Continental: las dos primeras novelas del norteamericano y un buen conjunto de relatos. Releo Cosecha roja.
Volver a ella después de muchas novelas posteriores del mismo género, de otros autores, es una buena experiencia. En Hammett todo es mollar, no sobra una coma, el énfasis es el mismo para narrar un tiroteo que para describir que un tipo enciende una cerilla para fumar. Una especie de cámara aséptica mira y cuenta, sin comentarios ni juicios. La autoridad natural del agente, su propio sistema de valores y sus capacidades quedan bien patentes en sus hechos y palabras. «Haced lo que podáis, cuando podáis» dice a los refuerzos que recibe para poner orden (¿qué orden?) en Personville. las motivaciones de unos y de otros son estrictamente personales, y se resumen con tres palabras, el propio interés. Ni siquiera el agente, que trabaja para una agencia de detectives, parece especialmente constreñido por la ética o/y la ley. Para la esgrima verbal sólo recuerdo a su altura a Spade-Bogarth, otro personaje inigualable de Hammett.
Con todo, no me ha entusiasmado. Menos mal que tampoco lo hizo la primera vez que la lei, así que no me he llevado un chasco. Para mi nunca ha sido la mejor de sus novelas.
Por supuesto, lean a Hammett, léanlo completo, está muy editado en castellano.