«Mi locura por el vocablo bello. La belleza formal se apoderó de mí hasta casi petrificarme el sentimiento tanto o más que un poema me cuesta una simple página en prosa. Todo me sale demasiado rítmico. Batallo porque no sea así. Corrijo, deformo una frase para que no haga verso».
El estilo de Alberti es delicioso y se leen con gusto estos recuerdos de infancia y juventud. Estos dos primeros libros de La arboleda perdida recorren desde su nacimiento hasta la república, 1902-1931. El primero lo escribió en París con 36 años y el segundo lo terminó en Buenos Aires con 57, en 1959.
Hay muchas cosas:
– su anticatolicismo. Topicazos simplones: oscuridad, imposiciones, ignorancia escolar;
– lo popular andaluz como inspiración y motor artísticos;
– sin estudios, pobre, enfermo, ocioso;
– la pintura;
– el premio nacional de literatura por Marinero en tierra en 1924;
– 1927, homenaje a Góngora. Una generación;
– el magisterio de Juan Ramón y Machado; la apabullante personalidad de Lorca; Dámaso, Bergamín, Gerardo Diego, Cernuda, Salinas;
– Ignacio Sánchez Mejías, la muerte de Joselito;
– Mª Teresa León.
No leo poesía ni comparto los principios de Alberti en ningún tema importante, pero me ha encantado este libro, demasiado tiempo aparcado, y buscaré sin duda el resto de sus memorias.
Si te han gustado -como he leído- ñas Memorias de Rafael Alberti («La arboleda perdida») seguro que te gustan también las de su mujer, Mª Teresa León, «Memoria de la melancolía». A mí me gustaron casi más que las de Alberti
Muchas gracias por la recomendación, la anoto. Aunque primero intentaré terminar las empezadas.