Kraus (judío austriaco) es el satírico más importante en lengua alemana del siglo XX. En 1899 fundó la publicación Die Fackel (La antorcha), que escribió completa en solitario desde 1911 hasta su muerte en 1936. Ejercía su «antiperiodismo» obviando la regularidad, obligándose a pensar y evitando escribir de forma descuidada. Desde 1910 ofreció hasta su muerte lecturas públicas de sus textos. Con estas dos actividades, a las que hay sumar los innumerables procesos que entabló, perseguía su propósito de restablecer la moral pública. Solitario, intrépido, incorruptible y progresista. Hay que saber que se bautizó en 1911 y que abandonó la iglesia católica en 1923.
Escribió tres volúmenes de aforismos: Dichos y contradichos (1909), Contra los periodistas y otros contras (1912) y De noche (1918). En España podemos encontrar en Minúscula (2003) los aforismos de 1909 y en El Acantilado (2011) una selección de artículos de Die Fackel.
Es en bastantes momentos deslumbrante. Se hace antipático el tono constante de superioridad y su visión negativa de los demás. Me refiero a los varones, porque lo que opina sobre las mujeres es irrepetible, resulta sonrojante incluso leyéndolo a solas en tu habitación. Es del estilo satírico agresivo, no de los graciosos. Casi todo el mundo es estúpido, y la palma se la llevan los funcionarios y los periodistas.
De todas formas es un libro del que no me desprenderé porque volveré sobre él, al menos sobre las partes (muchas) que he marcado.
Una muestra:
¡Con que maestría maneja un estúpido el tiempo! O lo pierde o lo mata. Y el tiempo lo tolera. Porque nunca se ha oído que el tiempo perdiese o matase a un estúpido.
Cuando alguien pretende interpelarme, confío hasta el último momento en que el temor a comprometerse lo retenga. Pero la gente es intrépida.
Muchos abrigan el deseo de matarme. Otros muchos el de pasar un ratito charlando conmigo. Contra aquellos me protege la ley.
Las conversaciones en la peluquería son la prueba irrefutable de que las cabezas sólo existen por mor de los pelos.
La política social es la decisión desesperada de operar de los callos a un enfermo de cáncer.
La relación de los periódicos con la vida coincide más o menos con la de las echadoras de cartas con la metafísica.
Para acercarse a mis trabajos hay que leerlos dos veces. Pero tampoco me opongo a que sean tres. De hecho, prefiero que no se lean a que sean leídos apenas una vez. No quiero hacerme responsable de las congestiones de un estúpido que no tiene tiempo.
Hay que leer dos veces a todos los escritores, los buenos y los malos. Así se conocerá a los unos y se desenmascarará a los otros.
El aforismo nunca coincide con la verdad: o es media verdad o verdad y media.
Ni tan sólo se vive sólo una vez.
En verdad que hay autores muy buenos que dedicaron su vida a expresar sus ideas, su inconformidad o sus propuestas. En este caso Kraus, tiene una forma muy peculiar de expresarse, muy peculiar y muy atrevida para sus épocas. Arriesgándose a meterse en problemas, publico sus ideas y lo hizo bien; logró lo que muchos autores desean , ser reconocidos, tal vez no en su momento pero definitivamente hoy en día mucha gente lo conoce.