Me lo podía haber ahorrado. Me he pasado media vida defendiendo a Pérez-Reverte, pero ya con sus últimos libros ni lo había intentado. Siempre es lo mismo pero, al menos, de él esperamos entretenimiento. Ahora le concedo una tregua con su espía en la GC española. Y vuelvo a tener la impresión de estar leyendo siempre el mismo libro.
Alatriste me caía bien pero este nuevo personaje es bastante impresentable. En palabras del autor: “Es un tipo amoral, sin escrúpulos, sin ideología; es un mercenario de sí mismo, un golfo, un vividor, un mujeriego, un asesino. También encantador, guapo, simpático, elegante. Me permito el lujo de no darle una ideología, de hacerlo un oportunista. Falcó es amoral, carece de códigos”. Qué más se puede añadir a esto.
Básicamente cuenta el plan de rescate de José Antonio de la cárcel de Alicante. Es entretenido y la ambientación es cuidadosa (P-R es un profesional). Pero, con un personaje así, ¿qué se puede hacer?