Tara Westover es una brillante profesora universitaria que no fue nunca a la escuela. Se crió en una familia mormona fundamentalista en las montañas de Idaho: se preparaban para el fin del mundo, no llevaban a sus hijos al colegio, no los registraban al nacer y no usaban medicinas. El libro cuenta el doloroso proceso de cómo salir de ahí, donde además sufría maltratos y duras incomprensiones.
Es chocante ver tanta insensatez hecha en nombre de Dios. El libro resulta duro. También por el detalle con que se cuentan algunos accidentes y agresiones. No es gente mala, se quieren de verdad entre ellos y rezan. Pero la mezcla de fanatismo y trastornos mentales (en algunos de los casos) es explosiva. La tóxica relación con su familia ha costado a la autora depresiones, ataques de pánicos y mucha frustración. Ha logrado salir adelante.
Un libro valiente, bien escrito y de gran intensidad (sobre todo en la primera parte, hasta que Tara abandona el hogar familiar). Westover tiene ahora 32 años y vive en Londres.