Recuerdos durmientes. Lo último de Modiano

Recuerdos durmientes, la última novela (corta) de Modiano, es un poco rarita. El protagonista recuerda sucesos acaecidos hace cincuenta años. París, un grupo de mujeres interesadas en las ciencias ocultas. Discípulos de Gurdjieff, los misterios de París y una atmósfera tenue y envolvente. Agradable lectura, como todo lo del Nobel, siempre que no te preguntes mucho que está queriendo contar exactamente. Ni si termina de lograrlo. BIEN.

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Confianza en uno mismo, de Emerson

Confianza en uno mismo, uno de los más célebres ensayos breves de Emerson es bastante decepcionante. Nada que objetar al inconformismo, a la fe en el individuo y en la intuición como fuente de sabiduría, pero defiende al mismo tiempo que el hombre es infinito y que no debe atender a nada que venga de fuera de él: Ne te quaesiveris extra (No busques fuera de ti mismo). No amoldarnos a nadie, que todo se amolde a nosotros. «Lo bueno y lo malo no son más que nombres perfectamente transferibles de una cosa a otra; lo único correcto es lo que dicta mi manera de ser, lo único equivocado es lo que la contradice».

Hay que leerlo varias veces para creer que ha escrito cosas como: «A un alma grande la coherencia le trae simplemente sin cuidado». ¿Será un texto humorístico estilo Groucho, Bierce?

«Di ahora sin tapujos lo que piensas, y mañana no vaciles en volver a decirlo, aunque contradiga cada una de las palabras que dijiste hoy». Hoy no tengo buena opinión de él. Mañana, ya veremos. APROBADO.

Estrómboli, de Jon Bilbao

Buscando ficciones cortas en español vuelvo a probar con Jon Bilbao, que me causó buena impresión con Bajo el influjo del cometa. En Estrómboli reúne una decena de historias, casi novelas cortas. Sólo me han gustado realmente dos o tres. Las tramas, los personajes y los finales me han parecido desiguales y poco equilibrados, en general. El termino medio entre la pieza fulgurante y el relato de largo recorrido tiene ese peligro. Aquí el desarrollo medio puede llegar a estorbar (la cantidad de detalles) y en cambio faltan la tensión y la intensidad de las tres páginas. Conflictos familiares, revisiones de vidas, escenarios internacionales. El mejor, el del tipo que tiene que comerse una tarántula para ganar un concurso de TV. BIEN.