Banco de pruebas. Memorias de Muchnik, II

MUCHNIK_Banco_pruebasSegundo tomo de las sui generis memorias del argentino. Un auténtico hombre-orquesta: ya de niño tocaba el piano, la armónica y el acordeón, tomaba clases de pintura, le apasionaban los aviones y la técnica en general, coleccionaba sellos, leía a Eisenstein y Guerra y paz, conocía compás por compás las sinfonías de Beethoven, dominaba el inglés y era un excelente alumno de física y de matemáticas.

Luego ensayó varias vocaciones: la física, la fotografía, la música y los libros, siendo estos últimos su principal desempeño biográfico, más editándolos que vendiéndolos.

El primer volumen es mucho mejor (para mis intereses). En este sólo dedica a los libros la mitad de las páginas, y la mayor parte de ellas para repetir el terrible episodio de su «salida» de Seix Barral.

En general es entretenido escribiendo, positivo (salvo cuando habla de Juan Seix) y una persona brillante y culta con muchos amigos. Vale la pena leerle aunque no sé si me animaré con los restantes (tiene hasta tres libros memorialísticos más).

Mary Ann Clark. Cuando acabe el invierno

CLARK_InviernoCuando acabe el invierno comienza donde dejamos a Mary Ann Clark en Una biblioteca de verano. Ha fallecido su marido en 1956 y la escritora tiene que volver a reconstruirse. Nomadismo cosmopolita (Jerusalén, Londres, París, Nueva York, Suiza), profundidad en la amistad con otras personas y, naturalmente, los libros. Pascal, La Rochefoucauld, Vauvenarges (“El recuerdo de la felicidad no produce felicidad, pero podemos aspirar a una alegría pequeña cada día si la felicidad no se amarga”), La Fontaine, Chamfort. Y sobre todo Virginia Woolf.

El libro es escueto y muy personal (íntimo) como el anterior, aunque quizás con un tono más poético. Sus reflexiones sobre la condición de mujer, lejos de un feminismo barato, la importancia de la redención por el amor y el valor de apoyarnos en los demás son algunos puntos de interés que dan valor a este librito.

Unas memorias muy leves en cuanto a hechos, ideas e impresiones, pero de agradable lectura porque muestran a una mujer sensible e inteligente.

Mary Ann Clark. Un biblioteca de verano

CLARK_BibliotecaBreve libro de memorias de la escritora norteamericana Mary Ann Clark (1928-1996). Nos situamos en 1946. Sus padres han muerto en un bombardeo en la 2ªGM y ella se recupera en Francia, en la casa de un tío muy querido, también recientemente fallecido. Allí, durante un verano, organiza un sistema de préstamo de libros. Más tarde conoce al que será su marido.

La educación recibida de su tío, en la que es básica el amor a los libros, le permite calmarse poco a poco del dolor de la pérdida. El arte de la conversación, no guardar rencor, aceptar las propias limitaciones, alimentar el carácter con lo que nos hace felices, serán sus inspiraciones en ese momento negro de su vida.

Clark se muestra una excelente lectora que sabe dialogar con sus autores favoritos. “No podía separar los libros de mi vida verdadera. Los libros eran la vida”. Hazlitt, los moralistas franceses, Dickens y otros escritores son tan reales en su vida como las personas de carne y hueso con las que se relaciona. Un libro sencillo, sobrio e íntimo que nos anima a leer mejor.