Banks

Me ha resultado desagradable la lectura de Juegos de familia, del escocés Iain Banks. No había leído nada de él, ni nada de nadie, creo, publicado por La Factoría de Ideas. Es una historia construida con cierta solidez pero tremendamente vulgar. Un clan familiar se reune para festejar el ochenta cumpleaños de la abuela y decidir si venden el negocio familiar. Dos dudas hasta el final: ¿venderán? ¿volveran a unirse los primos que estuvieron una vez enamorados? Es todo. El relleno es original donde los haya: tacos, blasfemias, groserías, alcohol, drogas, suicidios, abortos, incestos, la clásica historia de iniciación sexual primito-primita en versión hiperrealista,…en fin. Sólo he leído con atención las cincuenta primeras páginas.

De esos libros que ni siquiera vendo en la librería de viejo.

Los hombres de la Guadaña

Connolly inauguró en 1999 con Todo lo que muere una serie de novelas que protagoniza el detective Charlie Parker. Desde entonces ha dado con un tono, unos personajes y un estilo de tramas llenos de fuerza y originalidad, que han explorado grados nuevos de la maldad y de la lucha contra ella. Una auténtica y adictiva novedad en el transitado terreno de la novela negra que se apoya en dos factores: Parker y sus amigos suelen enfrentarse a seres de verdad escalofriantes, y se ven a menudo envueltos en unas espirales de violencia psíquica y física que convierten a la mayoría de novelas similares en inocentes libros para niños; en segundo lugar, Parker es un hombre con conciencia pero con mucho dolor y odio acumulados, proclive a traspasar algunas fronteras que lo convierten en alguien muy peligroso, y no sólo para los malos. Un detalle lo dice todo: suele ayudarse de unos amigos fuera de la ley (Louis, asesino profesional, y Angel, ladrón) o al borde de la psicosis (los hermanos Fulci).

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Saki

Hector Hugh Munro, alias Saki (1870-1916) es un escritor inglés a caballo entre dos siglos pero con un estilo mucho más XIX que XX. Escribe con elegancia y buen gusto con decoro y amor a las palabras, preciso y pulcro. Es ingenioso y tiene un toque de guasa (que no llega a ser ironía) poco ácida.

Hasta aquí todo lo positivo. Lo negativo es que sus cuentos son un poco rollo y tirando a sosetes. El humor es algo muy particular, y más el británico, pero esto ya es demasiado simplón: un tipo en un vagón de tren que se ve obligado a desprenderse de pantalones y chaqueta para desalojar a un ratón. Se muere de pudor porque hay una señora en el vagón. Después de mil maniobras, toda «la gracia» del asunto está en que ella….¡es ciega!

¿Me explico?

Con estos (algunos) Cuentos de humor y de horror ya he tenido suficiente. Hola Saki, adiós Saki.