¿Cuánto hay de su experiencia personal en su escritura?
W. F: No sabría decirle. Nunca lo he calculado. Porque no importa «cuánto». Un escritor necesita tres cosas: experiencia, observación e imaginación, y dos de ellas —a veces incluso una— puede suplir la falta de las otras. En mi caso, una historia suele empezar con una sola idea, recuerdo o imagen mental. La escritura de una historia es sencillamente una cuestión de trabajar hacia ese momento, explicar por qué ocurrió o qué hizo que sucediera después. El escritor intenta crear personajes verosímiles en situaciones emotivas y verosímiles de la manera más emotiva de la que es capaz. Obviamente tiene que usar el entorno que conoce como una de sus herramientas. Diría que la música es el medio más sencillo con el que expresarse, ya que apareció primero en la experiencia y la historia de la humanidad. Pero dado que lo mío son las palabras, tengo que intentar expresar torpemente en ellas lo que la música pura habría hecho mejor. Es decir, la música lo expresaría mejor y de manera más sencilla, pero yo prefiero utilizar palabras, ya que prefiero leer en vez de escuchar. Prefiero el silencio al sonido, y la imagen producida por palabras se da en silencio. Es decir, el estruendo y la música de la prosa se dan en silencio.……….
Ha mencionado que la experiencia, la observación y la imaginación son importantes para el escritor. ¿Incluiría la inspiración?
W. F: No sé nada sobre la inspiración porque no sé qué es; he oído hablar de ella, pero no la he visto nunca.
Entrevista a William Faulkner en Paris Review, 1956.


