El periodista deportivo

Frank Bascombe ha protagonizado tres buenas novelas de Richard Ford. Es un novelista frustrado que se hizo periodista deportivo. Un burgués acomodado cuya receta para ser feliz es la (imposible) invisibilidad. Se considera un ser fáctico, literal, inmune al pasado, sin interferencias importantes con los demás, con los que sólo se relaciona superficialmente. Nada de confidencias con nadie. Nadie puede hacer daño realmente a nadie, sólo uno a uno mismo.

Un optimista ramplón y utópico que quiere pasar por la vida sin rozamientos. Y, sin embargo, no puede olvidar la relación más importante que ha tenido en su vida, con su mujer, y que fracasó. Y, sin embargo, acude cada semana a una quiromántica. Lo tranquiliza. Bascombe es un tipo que no sabe qué hacer con su vida y va improvisando. Lógicamente, la cosa funciona regular.

Continuar leyendo «El periodista deportivo»

Revolución en las calles

Cuarto libro de la serie Strange y Quinn del americano Pelecanos. Nos vamos ahora a la infancia, adolescencia y primeros años de policía de Strange. El libro tiene un tema: el racismo. Pelecanos quiere demostrar que el bien y el mal no tienen nada que ver con el nivel de renta ni con el color de la piel. Siempre se puede elegir.Tiene demasiado pero en la novela la cosa documental y ambiental, las descripciones, las listas dew canciones, el relato de las revueltas de 1968, el asesinato de MLK. La ficción sobre las dos bandas callejeras (una de negro y otra de blancos) queda un poco dispersa. El universo de los protagonistas se reduce a : peleas, coches, música, sexo, drogas y bebidas. Por ese orden. Así que ya pueden imaginarse los diálogos de toda la novela. Total, que no merece mucho la pena (al contrario de las otras dos de Pelecanos de las que ya les he hablado).

Ellroy

Ola de crímenes

Relatos variados, L.A años 50, casi todo basado en hechos reales. La muerte de su madre, una aspirante a actriz drogata y anoréxica, un periodista de escándalos, O.J. Simpson. LA sórdida y repugnante. Crimen y sexo. Policías corruptos, extorsiones, drogas y asesinatos. Relatos vertiginosos, periodísticos, aire de verdad, un aluvión de datos. Escándalos sexuales de los famosos de Hollywood. El conjunto resulta tremendamente deprimente.

Ellroy mira todo este mundillo de una manera muy personal, y todo lo que escribe al respecto se ve que le sale de las tripas. No hay mucha gente que escriba así. De ahí su prestigio. El problema es que sus historias se centran en lo peor de lo peor.

Yo era un niño frío. Odiaba a mi madre, la añoraba y finalmente la conocí a través de testimonios post mortem. La enterré con prisas y otras mujeres asesinadas me enardecieron. La muerte de mi madre corrompió y estimuló mi imaginación. Me liberó y me reprimió a la vez. Configuró mi currículo mental. Me doctoré en crimen y me gradué en mujeres viviseccionadas. Fui creciendo y escribí novelas sobre el mundo masculino que aprobaba sus muertes.