Cioran

Leo el primer capítulo de El inconveniente de haber nacido, de Cioran, y lo devuelvo a la Biblioteca. Compruebo que el estilo es vigoroso y que cada aforismo contiene alguna idea, pero no veo que esta lectura vaya a aportarme gran cosa. No extraigo conclusiones con tan pocas páginas e intento no etiquetarlo de existencialista cenizo, pero me va a costar retomarlo en alguna otra ocasión.

De todos modos, como decía alguien, siempre se saca algo:

…sólo hay que decir algo que pueda susurrarse al oído de un borracho a de un moribundo.
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Lo que sé a los sesenta años ya lo sabía a los veinte. Cuarenta años de un largo y superfluo trabajo de comprobación.
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…podría prescindir de todo salvo del tónico de la injusticia.

¿Qué es un «buen» libro?

Me interesa mucho la cuestión del tratamiento del mal moral en el arte, en general y especialmente, como no, en los libros. No concibo la expresión artística ni la ficción como algo inocuo, desvinculada de la dignidad humana e irresponsable de cualquier efecto que pueda producir. Tampoco soy partidario del extremo didactista, para lo que ya están otras cosas. Es un asunto complejo pero no obviable si se quiere decir algo que intermedie entre el autor y el posible receptor.

En el 2009 se celebró en Roma en la PUSC un congreso universitario internacional que abordó estas cuestiones. Ahora se publica un volumen que recoge 12 ponencias, tres de ellas en italiano. El título Repensar la ficción. Lo útil hubiera sido asistir, oír al resto de los ponentes y los debates, porque este texto, así, me plantea más preguntas e interrogantes que respuestas me ofrece.

Parece clara la hiperpresencia del mal en la ficción actual (en palabras o en imágenes), que la expresión artística tiene más que ver con la forma que con el contenido, y, a la vez, que lo bello tiene mucho que ver con lo verdadero y lo bueno. Otra cuestión es cómo se concreta todo esto para el que produce ficción, para el que la critica y para el que la consume.

De todas formas, el volumen está muy bien y lo recomiendo sin duda. Es académico pero no minoritario y cualquiera que lea libros o vea películas habrá pensado alguna vez sobre estas cuestiones.

Libertad y felicidad

Acabo de terminar un libro que empecé hace justo un año, un voluminoso manual de ética que hace un anásilis exhaustivo, conceptual e histórico, de los dos enfoques principales de la moral cristiana: moral de obligación (y su presupuesto, la libertad de indiferencia) y moral de la felicidad -y de la virtud- (libertad de calidad). La exposición es clara y rigurosa, y me ha servido para fijar conceptos, corrientes y enfoques en los que había picoteado aquí y allá desde hace tiempo. Desde luego hay que tener mucho interés en la cuestión para abordar este estudio.

No tengo dudas respecto a que entender bien (y luego vivir) qué es la libertad es el punto clave para orientarnos en la búsqueda de la felicidad. Uno puede pasarse la vida aporreando las teclas de un piano en el orden que nos apetezca, o bien puede estudiar música, someterne a una disciplina de aprendizaje y repetición y seguir unas reglas; el primero puede pensar que hace lo que quiere y estar convencido de que eso es la libertad, pero el que hará música es el segundo. Eso es la auténtica libertad, poder distinguir el bien y la verdad y poder decidirnos por ellos.

Las fuentes de la moral cristiana, Servais Pinckaers, Eunsa 1985.