Diarios de escritores. Mis favoritos

De los que llevo leídos hasta ahora, les dejo en una lista los que más me gustan. Hay una pestaña con la SELECCIÓN y otra que contiene TODOS los que he leído o me gustaría leer. A modo introductorio, incluyo un artículo que escribí hace pocos años. Añado la carpeta donde tengo algunos a mano en epub.

Como en toda lista, hay subjetividades, caprichos y ausencias. Los de GARCÍA MARTÍN son ya una cita anual para mi, pero a pocos recomendaría que leyeran la casi treintena de volúmenes que lleva; no soy de los puntuales seguidores de los de TRAPIELLO, que respeto; me apasionó el Borges de BIOY, que tampoco es para todos; no están en cambio los muy canónicos de PESSOA ni los de PAVESE porque no los aguanto, ni míticos como los de WOOLF o JÜNGER porque no los he leído; me inclino desproporcionadamente hacia los españoles y franceses; etc.

De los 27 autores del equipo titular, lean al menos a los marcados en amarillo. O, como mínimo, lean a PLA.

(Con el buscador -columna derecha del blog, categoría DIARIOS- pueden encontrar fácilmente comentarios a muchos de estos libros).

Mis mejores lecturas (segundo semestre de 2022)

1. Ellas
Cuatro libros breves, inteligentes y sensibles, divertidos y sofisticados, agudos y humanos, en los terrenos de la opinión y de la memoria biográfica: Nora Ephron (No me acuerdo de nada), Milena Busquets (Hombres elegantes y Las palabras justas) y Marta D. Riezu (Agua y jabón).

2. Cine
He seguido con Garci (Las 7 maravillas del cine, Morir de cine y Noir), de gustos tan clásicos como normales, he aprendido con el contundente y muy exclusivo crítico Andrew Sarris (El cine norteamericano. Directores y direcciones, 1929-1968) y he disfrutado las interesantísimas memorias de Luis Buñuel (Mi último suspiro).

3. Emilio del Río
Apasionado divulgador de la antigüedad clásica, descubierto por mi en la tertulia radiofónica Cowboys de medianoche. He leído (más bien oído) sus tres libros (Calamares a la romana, Latin Lovers y Locos por los clásicos). La intención supera al resultado, pero apoyo sin fisuras todo lo que invite a Grecia y Roma clásicas. He seguido varias de sus recomendaciones, de las que destaco, sobre todo, la Anábasis de Jenofonte.

4. Marías
Ha muerto hace un par de meses. En este blog encontrarán bastantes comentarios a muchas de sus novelas y en Aceprensa un artículo donde resumo su trayectoria. He leído las que me quedaban, Berta Isla y Tomás Nevinson, que hay que abordar por ese orden y merecen la pena (sin ser las mejores).

En el apartado novelesco, sólo recordaré de este semestre, además, el clásico picaresco del francés Lesage (Gil Blas de Santillana) y una originalísima historia de Paul Torday (La pesca del salmón en Yemen).

5. Edad de Plata
Y lo mejor del semestre y seguramente del año. Desde la última vuelta del camino, los siete volúmenes de las memorias de Baroja. Insobornable independencia de criterio, compromiso con lo que es, examen personal razonablemente sincero e implacable y valiosísimo retrato de época. Me han gustado más que cualquiera de sus novelas que conozco, las he terminado con pena y no me he cansado de recomendarlas estos meses. (Nota: Hablo de los libros que publicó el autor entre 1944 y 1949 bajo el epígrafe Desde la… En 1917 había publicado Juventud, egolatría y entre 2005 y 2006 se han rescatado tres libros más con contenido ensayístico-autobiográfico. Los cuatro son de tono parecido a los siete de los que hablamos, pero no integran propiamente sus memorias).

La novela de un literato, memorias de Rafael Cansinos Assens. De los dos primeros tomos (uno y dos) ya he dicho algo y el tercero, que termina en 1936, es igual de bueno. Imprescindibles, como las de Baroja.

Feliz Navidad y mis mejores deseos para 2023.

Mis mejores lecturas (primer semestre 2022)

Siempre pensé que a mi no me iba a pasar, pero el hecho es que leo cada vez menos novela. Y, de esas pocas, la mayoría relecturas o de las de los grandes (Balzac, Galdós..). Casi toda la ficción me llega por lo breve (relatos) o por imágenes. No sé si es reversible, pero así están las cosas. Ayuda mi apartamiento actual de actividades críticas que me mantiene protegido de la actualidad. Como efecto colateral, me piden menos y menos recomendaciones («cada vez lees cosas más raras»). En fin.

De estos meses, a quien pueda interesar:

Un gran libro de aforismos y prosas breves: Todas las trivialidades, de Logan Pearsall Smith. Estupendo moralista. Es el de «En la vida hay más que libros, ya sabes, pero no mucho más».

Reportajes y artículos: El penúltimo negroni (David Gistau). Demasiada política para mi gusto pero justo homenaje recopilatorio a una buena pluma malograda. La felicidad y otros escritos (H. L. Mencken). Pésimo título pero gran escritor secreto, crítico social ácido y de aplastante inteligencia. Frutos extraños (Leila Guerriero). Crónicas de singulares. Gran periodismo. Hiroshima (John Hersey). Reportaje mítico que sigue poniendo los pelos de punta casi un siglo después. Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey (Ánder Izagirre). Obligado para amantes de la carretera. No es el Tour pero sí lo siguiente.

Releí con felicidad el Diario de Renard (la selección que tenemos en castellano), áspero, brillante e imprescindible y la 8ª entrega de los diarios de Jiménez Lozano, Cavilaciones y melancolías (2016-2017), él último grande que hemos perdido.

Este semestre he rondado bastante el cine. Todo empezó por un relectura gozosa del inclasificable y anárquico Diccionario de cine de Fernando Trueba, con quien no concido en algunas cosas pero que tiene un magisterio irresistible. La clásica Historia del cine de Román Gubern y La Guía FilmAffinity (VVAA) sitúan bastante bien periodos, países, directores, estrellas y películas importantes. Luego están los acercamientos apasionados y muy bien informados de Garci y sus Cowboys: Entrevistas y Sólo para mis ojos, del primero, y Armas, mujeres y relojes suizos del preciso e infalible Eduardo Torres-Dulce. Para la cosa técnica, resultan muy instructivas (y comprensibles) las entrevistas de Laurent Tirard a dos docenas largas de buenos directores (Lecciones de cine I y II).

He leído cosas básicas de flamenco, y destaco la Guía que publicó en Akal Luis López Ruiz.

En ensayo sobre asunto literario, lo mejor sin duda El ladrón de destinos, de Richard Russo. Con claridad y a fondo reflexiona sobre la escritura y la lectura. Y no se pierdan esta imprescindible y particular historia de la literatura de Umbral, Los alucinados. He vuelto a La verdad de las mentiras, de Vargas Llosa, una estupenda aproximación al hecho narrativo, por más que me resulte cada vez menos atractiva su selección de novelas.

He disfrutado cada página de A propósito de nada, las memorias de Woody Allen, un ejercicio prodigioso de naturalidad, humor e inteligencia poco frecuentes en este tipo de libros. Algo menos pero bien (¡el peligro de las altas expectativas..!) Feria, las historias de Ana Iris Simón sobre su familia.

He releído con gusto La colmena, de Cela; he empezado por fin y recomiendo el ciclo de Torquemada de Galdós (Torquemada en la hoguera, la primera); me ha entretenido mucho una de las últimas entregas de Pérez-Reverte, El italiano.

En el capítulo de relatos sólo destaco relecturas: Catedral (Carver), quizás su más famosa colección pero no la mejor; Relatos inesperados (Dahl), muy buenos y La quimera del oro (London), inolvidables muchos de ellos. (¿Ven lo de mi crisis con la ficción? Sólo cosas que ya sé que me han gustado, y breves).

En audio varias obras de teatro, entre ellas La doble historia del doctor Valmy, de Buero, que está bien pero es algo inferior a las más conocidas suyas.

Esto es lo mejor de lo que ha dado de sí mi semestre. Y no veo, sinceramente, muchas cosas «raras»…

Feliz verano y nos vemos en Navidades.