Mis mejores lecturas (primer semestre 2022)

Siempre pensé que a mi no me iba a pasar, pero el hecho es que leo cada vez menos novela. Y, de esas pocas, la mayoría relecturas o de las de los grandes (Balzac, Galdós..). Casi toda la ficción me llega por lo breve (relatos) o por imágenes. No sé si es reversible, pero así están las cosas. Ayuda mi apartamiento actual de actividades críticas que me mantiene protegido de la actualidad. Como efecto colateral, me piden menos y menos recomendaciones («cada vez lees cosas más raras»). En fin.

De estos meses, a quien pueda interesar:

Un gran libro de aforismos y prosas breves: Todas las trivialidades, de Logan Pearsall Smith. Estupendo moralista. Es el de «En la vida hay más que libros, ya sabes, pero no mucho más».

Reportajes y artículos: El penúltimo negroni (David Gistau). Demasiada política para mi gusto pero justo homenaje recopilatorio a una buena pluma malograda. La felicidad y otros escritos (H. L. Mencken). Pésimo título pero gran escritor secreto, crítico social ácido y de aplastante inteligencia. Frutos extraños (Leila Guerriero). Crónicas de singulares. Gran periodismo. Hiroshima (John Hersey). Reportaje mítico que sigue poniendo los pelos de punta casi un siglo después. Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey (Ánder Izagirre). Obligado para amantes de la carretera. No es el Tour pero sí lo siguiente.

Releí con felicidad el Diario de Renard (la selección que tenemos en castellano), áspero, brillante e imprescindible y la 8ª entrega de los diarios de Jiménez Lozano, Cavilaciones y melancolías (2016-2017), él último grande que hemos perdido.

Este semestre he rondado bastante el cine. Todo empezó por un relectura gozosa del inclasificable y anárquico Diccionario de cine de Fernando Trueba, con quien no concido en algunas cosas pero que tiene un magisterio irresistible. La clásica Historia del cine de Román Gubern y La Guía FilmAffinity (VVAA) sitúan bastante bien periodos, países, directores, estrellas y películas importantes. Luego están los acercamientos apasionados y muy bien informados de Garci y sus Cowboys: Entrevistas y Sólo para mis ojos, del primero, y Armas, mujeres y relojes suizos del preciso e infalible Eduardo Torres-Dulce. Para la cosa técnica, resultan muy instructivas (y comprensibles) las entrevistas de Laurent Tirard a dos docenas largas de buenos directores (Lecciones de cine I y II).

He leído cosas básicas de flamenco, y destaco la Guía que publicó en Akal Luis López Ruiz.

En ensayo sobre asunto literario, lo mejor sin duda El ladrón de destinos, de Richard Russo. Con claridad y a fondo reflexiona sobre la escritura y la lectura. Y no se pierdan esta imprescindible y particular historia de la literatura de Umbral, Los alucinados. He vuelto a La verdad de las mentiras, de Vargas Llosa, una estupenda aproximación al hecho narrativo, por más que me resulte cada vez menos atractiva su selección de novelas.

He disfrutado cada página de A propósito de nada, las memorias de Woody Allen, un ejercicio prodigioso de naturalidad, humor e inteligencia poco frecuentes en este tipo de libros. Algo menos pero bien (¡el peligro de las altas expectativas..!) Feria, las historias de Ana Iris Simón sobre su familia.

He releído con gusto La colmena, de Cela; he empezado por fin y recomiendo el ciclo de Torquemada de Galdós (Torquemada en la hoguera, la primera); me ha entretenido mucho una de las últimas entregas de Pérez-Reverte, El italiano.

En el capítulo de relatos sólo destaco relecturas: Catedral (Carver), quizás su más famosa colección pero no la mejor; Relatos inesperados (Dahl), muy buenos y La quimera del oro (London), inolvidables muchos de ellos. (¿Ven lo de mi crisis con la ficción? Sólo cosas que ya sé que me han gustado, y breves).

En audio varias obras de teatro, entre ellas La doble historia del doctor Valmy, de Buero, que está bien pero es algo inferior a las más conocidas suyas.

Esto es lo mejor de lo que ha dado de sí mi semestre. Y no veo, sinceramente, muchas cosas «raras»…

Feliz verano y nos vemos en Navidades.

Mis mejores lecturas de 2021

Mirada de profeta tronante

Estos son algunos de los libros que he leído en 2021 que creo que no olvidaré:

No conozco a escritores que se parezcan siquiera a Léon BLOY. Sus Diarios (la selección de El Acantilado) son impactantes. Subrayaba tantas cosas que me los tuve que comprar.

Cartas de lejos. Muy brillante. PLA.

Biografía de Tiger Woods de Jeff BENEDICT. Gran trabajo sobre un genio controvertido.

Rubicon, de Tom HOLLAND. La caída de la República romana. Es difícil hacer un libro malo sobre este tema, pero este es de los mejores. Le sigue Dinastía.

Como vivir. Una vida con Montaigne, de Sarah BAKEWELL. Creo que es la mejor síntesis vida-obra (biografía/análisis) que he leído nunca sobre cualquier autor.

Este año he manejado bastantes cosas sobre la Biblia, especialmente sobre el Antiguo Testamento. El gran descubrimiento ha sido John BERGSMA (La Biblia paso a paso y El Nuevo Testamento paso a paso), pastor protestante converso al catolicismo: claro, ameno, profundo, sintético y hasta divertido.

Empresas morales de Juan de BORJA. Cien emblemas-recomendaciones tan válidas en el XVI como ahora. Clásico.

El gran farol, Maria KONNIKOVA. Póker y psicología. Absorbente (y yo soy más de mus).

Nuevos Escolios a un tiempo implícito I. GÓMEZ-DÁVILA. Obviando el escollo del intimidante título, una fiesta interminable de sabiduría.

La amistad de dos gigantes. Correspondencia (1960-2007). DELIBES y UMBRAL. Complicidades y contrastes de dos grandes muy distintos.

Una curiosidad irresistible que luego no fue para tanto, pero que menciono: Breve diccionario de enfermedades y necedades literarias (Marco ROSSARI).

La mejor novela que he leído este año es Física de la tristeza, de Gueorgui GOSPODÍNOV. Inclasificable y difícil de resumir. Profunda, original, imaginativa. Grandes temas y brillantes recursos literarios. Más para gente «un poquito» lectora.

Está muy bien El paso siguiente en el baile, de Tim GAUTREAUX. Ejemplo de cómo una novela funciona cuando se logran dos buenos personajes que llegan a interesar de verdad al lector. Gran relato sobre la vida matrimonial.

En negro, destaco el ciclo de Laidaw de William McILVANNEY (Laidaw, Los papeles de Tony Veitch y Extrañas lealtades).

Walter TAVIS, Gambito de Dama. Muy buena, como la serie.

¡ Feliz Navidad y lo mejor para 2022 !

Sugerencias de lecturas para el verano

Cuando las adaptaciones funcionan


De lo que ha dado de sí este semestre en lecturas entresaco algunos títulos para quien necesite ideas para el verano.

Voy leyendo más a fondo autores de filosofía portátil que me apasionan (especialmente JOUBERT y LICHTENBERG), pero no hablo más de ellos por no repetirme.

Cartas de lejos, recopilación de artículos de PLA es, de lejos, lo más brillante que he leído en estos meses. Una mirada única a sitios, personas y costumbres (Francia, Alemania, Países Bajos y Países Bálticos).

Lo segundo mejor: Sarah BAKEWELLCómo vivir. Una vida con Montaigne (2010). 20 capítulos que entrecruzan con maestría biografía y pensamiento.

Un magnífico documental sobre Tiger Woods me llevó a la biografía reciente en la que se basaba, escrita por Jeff BENEDICT (2018). Imprescindible para admiradores.

A falta del último, casi estoy al día con uno de mis editores favoritos, HERRALDE: Un día en la vida de un editor (2019). Muy bueno, como sus anteriores recopilaciones de textos varios. No deslucen las inevitables repeticiones respecto a entregas anteriores.

Sigo fielmente con los Diarios de GARCÍA MARTÍN (los correspondientes a 2015, 2016 y 2017). Ya me quedan pocos para llegar al presente. Me salto cosas, como hacemos con un viejo conocido, pero siempre valen la pena. En el mismo género, me ha gustado mucho La suerte de conocerte (2021), de Adolfo TORRECILLA: diarismo amable, variado, humano y muy leído.

Tras un tiempo alejado del género, me han atrapado las tres novelas negras del escocés William McILVANNEY sobre Laidaw: Laidaw, Los papeles de Tony Veitch y Extrañas lealtades; y las dos primeras de WESTLAKE (firmando como Robert SMITH) sobre Parker: A quemarropa y El hombre que cambió de cara. Los cinco libros son duros (digamos, un 7) pero qué diálogos y qué ambientación.

Dos novelas más: Walter TAVIS, Gambito de dama (1983), tan entretenida como la miniserie y Sidi (PÉREZ-REVERTE) que me supo a poco y hubiera querido más larga. 

¡ Feliz verano !