Un artículo antiguo tras una feliz lectura de 1998 (Narrativa completa, Ed. Alfagüara, 1997).
Arreola es un narrador excepcional y deslumbrante. Nació en 1918 (Zapotlán el Grande, México), hasta los treinta años se desempeñó en innumerables oficios, entre ellos, la actividad editorial, cultivó el teatro y viajó a París. Hasta los cincuenta se dedicó a escribir. Desde entonces hasta hoy ha seguido cultivando la palabra en vivo a través de sus frecuentes apariciones públicas y en TV y dirige talleres literarios.
Es el triunfo del verbo, de lo preciso sobre lo confuso, de la forma sobre la materia. Administrador ejemplar de la sorpresa, el misterio y el sentido del humor, va de lo creíble a lo increíble, de la realidad a lo fantástico, de lo documentado a la ficción con una naturalidad pasmosa y envolvente. Su indolencia creadora, su aparente falta de compromiso y su voluntaria marginalidad del mercado literario, han sido tan criticadas como ensalzados su virtuosismo verbal y su vasta y autodidacta cultura.
Cultiva un género híbrido del poema en prosa, el cuento y el ensayo. Podemos dividir su producción en tres bloques: