He releído lentamente durante los dos últimos meses la biografía de Teresa de Jesús que escribió Marcelle Auclair. Teresa es un gigante. Me gustan sobre todo tres cosas de ella:
Que tuvo que vencer su natural inclinación a lo mundano.
Que le encantaba reir.
Que se proponía algo y nada la detenía.
Hay muchas más cosas: su obediencia, su capacidad de estar en lo más subido y a la vez en lo más menudo, su discernimiento de los demás, sus libros estupendos, etc, etc, etc.
El libro está muy bien escrito. Auclair se ha metido a fondo en la santa y documenta o aventura interpretaciones con rigor y sensibilidad. El libro me impresionó más la primera vez que lo leí, y ahora la segunda mitad se ha hecho más larga, algo repetitiva, dedicada a las fundaciones y al de la vida de Teresa.