Ultima entrega (por ahora) de Harry Bosch. Unos tipos roban cesio radiactivo de un hospital y asesinan al médico que lo manipulaba. Bosch quiere centrarse en los asesinos y el FBI en las implicaciones de terrorismo islámico.
Connelly es ágil y eficaz como siempre y el interés no decae. Falta no obstante la densidad de otros episodios y esto va pareciéndose cada vez más a una máquina de hacer churros. Entiéndase la metáfora, no es que estas novelas sean poco valiosas sino que empiezan a parecerse demasiado unas a otras. De hecho, esta vez ha ocupado justo la mitad de páginas que de costumbre.
También ha salido Crónica de sucesos, un libro periodístico donde Connelly cuenta casos cuando los cubría para los medios. Pueden leer esta reseña.