Guillermo Cabrera Infante en Tres tristes tigres.
Maniluvios con ocena fosforecen en repiso. Catacresis repentinan aderezan debeladas Maromillas en que aprietan el orujo y la regona. Y esquirazas de milí rebotinan el amomo. ¿No hay amugro en la cantoña para especiar el gliconio?
Julio Cortázar en Rayuela.
Volposados en la cresta del murelio, se sentían balparamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el limite de las gunfias.