Ellroy

Ola de crímenes

Relatos variados, L.A años 50, casi todo basado en hechos reales. La muerte de su madre, una aspirante a actriz drogata y anoréxica, un periodista de escándalos, O.J. Simpson. LA sórdida y repugnante. Crimen y sexo. Policías corruptos, extorsiones, drogas y asesinatos. Relatos vertiginosos, periodísticos, aire de verdad, un aluvión de datos. Escándalos sexuales de los famosos de Hollywood. El conjunto resulta tremendamente deprimente.

Ellroy mira todo este mundillo de una manera muy personal, y todo lo que escribe al respecto se ve que le sale de las tripas. No hay mucha gente que escriba así. De ahí su prestigio. El problema es que sus historias se centran en lo peor de lo peor.

Yo era un niño frío. Odiaba a mi madre, la añoraba y finalmente la conocí a través de testimonios post mortem. La enterré con prisas y otras mujeres asesinadas me enardecieron. La muerte de mi madre corrompió y estimuló mi imaginación. Me liberó y me reprimió a la vez. Configuró mi currículo mental. Me doctoré en crimen y me gradué en mujeres viviseccionadas. Fui creciendo y escribí novelas sobre el mundo masculino que aprobaba sus muertes.

Recomendaciones con la L

L

L. A. Confidencial (1990), ELLROY.
Quizás hoy el autor número uno de novela negra norteamericana. No es fácil seguir sus complejas tramas.

Lecturas compulsivas (1998), AZÚA.
Este libro me impresionó hace unos años, a pesar de no coincidir en muchas opiniones con el autor. Pero aprecié su pasión, su rigor y su intuición lectora.

Ellroy

Actualización 10.III.14

Estos son los libros de Ellroy. Sólo hago estos cuadros cuando un autor me interesa y, en principio, puede que busque todos sus libros.En este caso he leído pocos porque Ellroy es excesivamente brutal. Quizás el que más dentro del policiaco negro. Maneja muy bien los ambientes y los diálogos, y sus historias entrelazan decenas de ramificaciones. Controla bien todo y es capaz de mantenerte atento y sin respiro durante 700 págs. el problema es el mal sabor de boca que deja siempre. Si el mundo en un diez por ciento de lo que pinta Ellroy, te entran ganas de bajarte. Afortunadamente, no es así.