Ellroy mira todo este mundillo de una manera muy personal, y todo lo que escribe al respecto se ve que le sale de las tripas. No hay mucha gente que escriba así. De ahí su prestigio. El problema es que sus historias se centran en lo peor de lo peor.
Yo era un niño frío. Odiaba a mi madre, la añoraba y finalmente la conocí a través de testimonios post mortem. La enterré con prisas y otras mujeres asesinadas me enardecieron. La muerte de mi madre corrompió y estimuló mi imaginación. Me liberó y me reprimió a la vez. Configuró mi currículo mental. Me doctoré en crimen y me gradué en mujeres viviseccionadas. Fui creciendo y escribí novelas sobre el mundo masculino que aprobaba sus muertes.