El protagonista habla de su matrimonio y de su paternidad. Estudia filosofía pero se dedica a la cocina. Casarse y, sobre todo, ser padre, le cambia la vida. Faltan virtudes y sentido de proyecto para hacer frente a todo y su vida hace pronto agua cuando empiezan las dificultades serias. Hay cosas muy divertidas y pasajes llenos de sentido común, pero el tono general es de desolación. Lucidez y humor no ocultan el vacío de una vida con débil timón general y una sexualidad desgobernada en particular. Vale como certero retrato moderno sociológico, pero deja un amargo sabor de boca. BIEN.
De mucha más calidad literaria que el anterior, este libro memorialístico relata la relación del autor con su padre. Se detiene especialmente en los dos años finales, los de la enfermedad y muerte de padre, un pintor notable lleno de limitaciones como progenitor, pero recorre toda una vida de desencuentros y recomienzos. Breve, intenso. Asombra cuánto recuerda y lo bien que sabe transmitirlo. La fuerza de la sangre, luces (“siempre nos arrepentimos de no haber perdonado antes”), y carencias que se hacen patentes en momentos sensibles (“Nadie extrae su fuerza de donde no hay nada”). Buen equilibrio entre lo íntimo y lo que alcanza entidad literaria (e interesa por tanto a otros). BIEN.
Escenas corrientes sobre la paternidad. Breves piezas con distintos narradores: un padre que habla de su presente (su hija) y de su pasado (sus padres) y varias mujeres que hablan de sus hijas. Un libro singular, y no especialmente entretenido que toca asuntos de interés: hacerse mayor, la inocencia y la sinceridad o la importancia de preguntar y responder. El triste peso de los matrimonios rotos. BIEN.
• El padre infiel. Antonio Scurati. Ebook.
• Tiempo de vida. Marcos Giralt Torrente. Anagrama.
• Cosas de niños. David Wagner. Errata Naturae.