Creo que es uno de los libros más interesantes de los que se han publicado en España a la vuelta del verano.
Freud sostenía que las patologías psíquicas provenían de traumas arrastrados desde la niñez. El hijo o hija reprime su deseo sexual hacia su madre o padre hasta que, más adelante, tiene la suerte de topar con un psicoanalista que interpreta sus sueños. Suena un poco a broma, pero estas teorías, con mayor o menor porcentaje de aceptación, han sido sin duda influyentes en el siglo pasado. Naturalmente, una simplificación tan fantástica (o fantasiosa) siempre contó con detractores.
La novela es bastante buena. Si se cuenta así “una esposa neurótica proporciona amantes a su marido hasta que intenta eliminarlo; para ello planea con una joven –enamorada de ella y a cuyo padre ha seducido- un complot con tintes sado-masoquistas”, no hay por donde cogerla; pero creo que ese no es el libro. De todas formas, digo esto para que se tengan todos los naipes.
Es más entretenida que las complejas y densas novelas científicas de Volpi (En busca de Klingsor y El fin de la locura) y con más carga de ficción que las de Guedj (La medida del mundo o El teorema del loro). Y mejor, en todos los sentidos, que El Club Dante. Por citar algunas referencias recientes.