Fuera de lugar, y II.


Algunos detalles más sobre el libro de Víctor Moreno.En los dos primeros capítulos, los que más me han gustado, su habla de la vocación de escritor y de qué papel juegan la felicidad, la inteligencia, la paciencia o la presión social. La vida literaria, corregir, el gusto por la palabra, las influencias.Luego vienen dos capítulos demoledores sobre escritores y críticos, con nombre, apellidos y multitud de citas. Se llevan la palma Javier Marías, Muñoz Molina y Juan Manuel de Prada, pero la nómina de defenestrados es interminable. Muy certero su análisis de la vaciedad adjetival de tantas reseñas cuando señalan que un libro es único, importante, personal, auténtico, profundo, sabio, literario, íntimo, conmovedor, enorme o independiente. Y también es útil y esclarecedor el capítulo de conceptos muy manidos pero no siempre bien utilizados: verosimilitud, intertextualidad o renovación literaria.Si me da tiempo, otro día les copiaré algunas citas.

Victor Moreno disparando

Hace unos años leí con gusto De brumas y de veras, un repaso crítico de la crítica literaria en España y una visión descarada y realista del mundillo literario. Me hizo bastante gracia y creo que intenté desde entonces evitar las solemnidades, oscuridades y amigüismos que hacen inútiles tantas reseñas. A mi me abrió bastante los ojos y es un libro que recomendé mucho. Y presté. Y perdí.Ahora leo lo último de Víctor Moreno, Fuera de lugar (Lo que hay que leer de críticos y escritores). Está en la misma línea pero este me ha gustado menos. Me sigue pareciendo oportuno, como la otra vez, que se escriban y publiquen cosas así, que alguien tenga la valentía para decir lo que muchos piensan, pero me ha molestado el tono global de ensañamiento y despelleje. No creo que haga demagogia, aunque, como todo el mundo, tiene sus propias ideas y éstas influyen (cómo no) en sus juicios y dianas.Está claro que lee bastante y habla de primera mano. Cita textualmente todo lo que quiere contradecir y parece que está al tanto de cuanto se publica en todos los suplementos culturales del país. En general estoy bastante de acuerdo con casi todo lo que dice, pero aún así esta lectura me ha resultado un poco agotadora.

Quizás, además de por el tono, porque hace tiempo que sigo con poco entusiasmo la literatura española y ya casi no leo reseñas de libros, ni las guardo, como hacía antes. No porque no siga creyendo en la necesidad de la intermediación entre mercado y lector. Es un hecho que hay gente que lee más y lee mejor, y es bueno que te avisen y ayuden a seleccionar, pero no tengo muy claro que esta función la cumplan los culturales. Más bien gente de la que te fíes y que diga realmente lo que piensa, con claridad y brevedad.