Un cadáver emparedado, secretos, amoríos. Este primer libro de la sueca Ann Rossman no merece la pena. Llevaba 70 páginas y aún no me había enterado de qué iba la historia. Va mezclando todo sin indicaciones claras de nombres, fechas ni lugares. En mi opinión, una cosa mal hecha. ¿Es que nadie lo ha leído en su editorial sueca ni en Salamandra antes de publicarlo? He pasado al final directamente y he deducido que que se trataba de un crimen pasional en un pueblo tranquilo. Todo lo de enmedio me ha superado.
¿Hemos llegado a que basta haber nacido en un país escandinavo y hablar de cadáveres para publicar una novela? Sé que puedo exagerar un poco y de que no se trate de una mala historia, pero no tengo dudas de que está muy mal contada. Hace falta mucha paciencia para armar este retorcido puzzle y yo no la he tenido.