Basta de gulags

Me ha dicho poco la pérdida de Solyenitzin. Literariamente, quiero decir. Lamento la pérdida humana pero siempre he pensado que es un escritor de prestigio exagerado, de fama inflada por razones extraliterarias. Compadezco todo lo que sufrió y admiro su deseo de contarlo, pero de ahí a la gloria literaria…

Sólo he leído (y en diagonal) su Archipiélago Gulag. Me pareció una obra repetiva, excesiva, agotadora, llena de odio, exagerada. No es que no contara cosas ciertas, es que no necesito que me repitan algo treinta veces para enterarme, y menos a gritos. Tiendo a dar poco crédito a los exaltados.

A lo mejor algún día leo algo más de sus cosas, aunque asegurándome antes de que habla de otro tema. Estoy un poco cansado de totalitarismos del S. XX, sean de un signo o de otro.