Tercer tomo que leo de los Diarios de García Martín, penúltimo publicado, correspondiente a 2008 y 2009. Obviamente reincido porque me interesan. Ya dije al respecto esto y esto otro.
Muchas cosas suyas se me van haciendo familiares: sus colecciones de jardines, puentes e historias de fantasmas; dimes y diretes literarios; viajes y excursiones; actos literarios; cuestionarios, aforismos, recuento de enemigos; óperas, bares, tertulias; citas y anécdotas históricas. Estos libros me parecen un bazar apasionante.
Y, sin embargo, no comparto ninguna de sus ideas sobre temas más importantes. Sus pensamientos sobre el alma, Dios, el multienamoramiento o el egoísmo me parecen provocaciones a veces pedestres, chispazos escandalizantes de tipo wildeiano. No sé hasta donde habla del todo en serio.
Me salto todos los poemas suyos o ajenos.
Como con los otros dos, vuelvo a anotar muchas cosas para volver sobre ellas.