Amplío un poco la entrada del otro día sobre Wilder.La biografía es bastante lineal. Recorre enseguida su infancia, juventud, periodismo, Berlín, París, Hítler (Wilder era judío), su única película europea (Curvas peligrosas) y a Hollywood.
Allí, sus trabajos con Lubitsch (entre los que destaca Ninotchka) y sus 25 películas como director y guionista.
Desde la tercera (Perdición, 1944), su carrera es un paseo triunfal de taquilla, prestigio y premios, hasta llegar a su cima, que fue El apartamento (1960). En este periodo son también imprescindibles Días sin huella, El crepúsculo de los dioses, Testigo de cargo y Con faldas y a lo loco, su película más popular.
Desde El apartamento se inició su cuesta abajo y ninguna de sus nueve últimas películas se cuentan entre su mejores trabajos, aunque a mi me gusta mucho Irma la dulce.
Dos de sus películas ganaron el Oscar a la mejor del año (Días sin huella y El apartamento) y el propio Billy recogió en su carrera seis estatuillas que premiaban su trabajo de director o de guionista.
El crepúsculo de los dioses, Con faldas y a lo loco y El apartamento –también, aunque un poco menos, Perdición-están en todas las listas de las 100 mejores películas de la historia.
En la biografía aparecen detalladas sus relaciones:
a) con los co-guionistas con quienes trabajaba: especialmente Charles Brackett e I.A.L. Diamond; muy interesante y divertida la intensa relación que tuvo con Chandler para escribir juntos el guión de Perdición.
b) con los actores: sus favoritos Lemmond, Holden, Milland, Laughton, Audrey Hepburn, la Dietrich; sus demonios (Marilyn).
c) con la censura: el Código Hays.