Vivía yo en Sevilla, en el Colegio Mayor Guadaira, y el poeta Carmelo Guillén nos visitaba en la tertulia y nos recitaba sus poesías. Le traté, le recuerdo con cariño y hace mucho que no le veo. Me acuerdo especialmente del poema Nonaino. Ahora encuentro una recopilación de sus poemarios (1976-1996) y me apresuro a buscarlo. Lo copio para ustedes: (forma parte de una serie de tres, y a mi me gusta más el III): Advierto, está bien copiado.
De mí sé más que nadie pero no estoy seguro,
Por eso, algunas veces, cuando ya no me aguanto
Ni las uñas me sirven para estarme sereno,
Me voy, adiós, y punto, a donde sea, el caso
Es éste, yo, Carmelo, que tan bien sé de otros
-Ese “tan bien” se escribe separado-, yo mismo,
No es otra la razón, aunque ocurre con frecuen
Que no, nonaino ná, que no sé por qué cía
Y claro, estar así, sin saber, tantoymás
Me hace echarme al verso, al poema y decir
Cositas que ni sé, que no quiero, que no
Hablar de mí a disgusto, a gusto, para qué,
Si luego viene uno, o dos, o tres, o cuatro
A ver como nonaino. Que no, que yo soy e-
Sa oscura clavellina, de verdad, os lo juro.
Sí, esa justo. La primera.
Qué gran poeta, hace tiempo que no he vuelto a aquella antología de Númenor, que no sé si es a la que te refieres. Hay que volver.