Séneca, además de sus Cartas, escribió diez escritos más largos en los que desarrolla la actitud estoica ante aspectos esenciales de la existencia: tres Consolaciones (ante desgracias y, en particular, la muerte) y siete Diálogos (providencia, firmeza del sabio, ira, vida feliz, ocio, tranquilidad de espíritu y brevedad de la vida). Todo ello (como autor teatral es menos importante) puede leerse en múltiples ediciones en castellano entre las que destaco las de Gredos: en cuatro volúmenes (Biblioteca clásica) o en uno sólo (Biblioteca Grandes Pensadores: las cartas no vienen completas).
A mi me parece una lectura muy útil y recomendable, sobre todo en esta edición bien introducida, anotada y traducida. Con todas sus limitaciones, el pensamiento estoico proporciona orientaciones sensatas y prácticas para la conducta: qué hacer ante las contrariedades, qué actitud adoptar ante las cosas materiales, si conviene o no llevar una vida activa (entendiendo que ocio, para él, es no intervenir en política). Eutimia, serenidad, interiorización, no parecen cosas muy de moda en un occidente tan frenético y materializado como perdido en la consecución de una vida feliz.