Este volumen recoge tres breves obras de teatro en un sólo acto. Son mucho más ácidas y sarcásticas que sus películas y están dirigidas a un público todavía más minoritario.
Matrimonios de gente de nivel (escritores, psiquiatras, judíos ricos neoyorquinos) que se engañan entre ellos y discuten sobre el asunto sin llegar a ninguna parte. Los problemas de la comunicación, el aburrimiento, la pulsión sexual y el egoísmo llevan a todos ellos a mentir, a despreciarse a sí mismos por su mentira y al mismo tiempo conformarse. Todo muy baratillo y ramplón, del tipo «sucedió y ya está» o «son cosas que suceden». Las réplicas están llenas de agresivos sarcasmos (a veces graciosos, hay que reconocerlo) pero el fondo general es desagradable y deprimente.
Hasta aquí llega Allen:
HOWARD: Dame una buena razón por la que tú y yo debamos seguir viviendo.
CAROL: Porque somos seres humanos, Howard. Falibles y a menudo estúpidos, pero no malvados, la verdad es que no. Sólo patéticos, equivocados, desesperados…