Lecturas y picoteos, 6 de 7

EssaisNo ficción en otras lenguas:


Ensayos (Montaigne). Termino los que me faltaban, en la estupenda edición de El Acantilado, mejor aún que la de Cátedra Áurea. Me han gustado muchas cosas, algunas bastante, pero de ahí a adoptarlo como maître à penser como hacen muchos, hay un buen trecho. Su brillantez no camufla la niebla de tantas inseguridades. De Reflexiones del señor Z (Enzensberger) se pueden entresacar detalles interesantes, aunque es un libro excesivamente disperso y de un escepticismo aún mayor que el del francés. Y sin su cultura. Sueños de golf (Updike) es estupendo. Artículos, relatos, conferencias. Mi reconciliación definitiva con este autor.

NO
Diálogos (Séneca). No porque no hay nada que no esté en las Cartas, que es lo que hay que leerle, no por otra cosa. Los libros son tímidos (Alberico). Memorias de lecturas, estos libros que gustan a la editorial Periférica y tantos disfrutamos. Pero este es flojo.

Diálogos de Séneca

SENECA_diálogosSéneca, además de sus Cartas, escribió diez escritos más largos en los que desarrolla la actitud estoica ante aspectos esenciales de la existencia: tres Consolaciones (ante desgracias y, en particular, la muerte) y siete Diálogos (providencia, firmeza del sabio, ira, vida feliz, ocio, tranquilidad de espíritu y brevedad de la vida). Todo ello (como autor teatral es menos importante) puede leerse en múltiples ediciones en castellano entre las que destaco las de Gredos: en cuatro volúmenes (Biblioteca clásica) o en uno sólo (Biblioteca Grandes Pensadores: las cartas no vienen completas).

A mi me parece una lectura muy útil y recomendable, sobre todo en esta edición bien introducida, anotada y traducida. Con todas sus limitaciones, el pensamiento estoico proporciona orientaciones sensatas y prácticas para la conducta: qué hacer ante las contrariedades, qué actitud adoptar ante las cosas materiales, si conviene o no llevar una vida activa (entendiendo que ocio, para él, es no intervenir en política). Eutimia, serenidad, interiorización, no parecen cosas muy de moda en un occidente tan frenético y materializado como perdido en la consecución de una vida feliz.

Sólo leer lo mejor

Ten cuidado, no sea que la lectura de tantos autores y de todo género de libros tenga algo de vago e inestable. Conviene detenerse y nutrirse de ciertos ingenios si queremos obtener de ellos algo que se adhiera sólidamente a nuestro ánimo. El que está en todas partes no está en ninguna. Los que viajan sin cesar, tienen muchos huéspedes y ningún amigo. Así ocurre necesariamente a los que no se fijan en ningún autor y pasan ligeramente por todas las materias. La multitud de libros disipa. Cuando no se pueden leer todos los que se tienen, basta tener los que pueden leerse. Lee autores afamados, atesora diariamente algo.Séneca