Extraordinaria historia de amor, de cómo sobrevive el amor. Enrique es un novelista de calidad y poco éxito comercial. Un judío neoyorkino ateo y medio hispánico que empieza de joven promesa y termina vendiendo su pluma a Hollywood. “Un Raskolnikov americano, demasiado inteligente para aceptar su insignificancia y demasiado impotente para huir de ella”.
Y Margaret una bella mujer controladora que viene de una familia de judíos ricos. Les conocemos cuando a ella le quedan quince días de vida, desahuciada por los médicos, tiempo que dedica a despedirse cuidadosamente de familiares y amigos. Al mismo tiempo vamos sabiendo cómo se conocieron, cómo son sus respectivas familias, y la que han formado ellos, y por qué dificultades han pasado en treinta años juntos.
Una ambiciosa novela que intenta desentrañar en serio y en conjunto el maremagnum de implicaciones que trae consigo la vida en común. Cientos de hilos entretejidos juntos a los largo de los años, pasiones, odios, amor. Un acercamiento valiente y realista a qué es una vida juntos y al sentimiento de pérdida. Buen antídoto contra la trivialidad con que se rompen hoy las relaciones y se empiezan otras. Frivolidad que nunca es real pues algo muy importante se deja en el empeño.
El estilo de Yglesias es claro y preciso. Muy rico a la hora de describir caracteres y explicar situaciones, lleno de frases redondas y brillantemente sutil para ofrecer los diferentes ángulos de una misma realidad.
Hacía tiempo que no leía una ficción positiva sobre el matrimonio. El libro no es complaciente ni sentimental, y menos ñoño, es más bien duro y no ahorra detalles que se podrían haber tratado menos descarnadamente (las broncas familiares, las preocupaciones económicas, los aspectos sexuales, la crudeza de los detalles médicos, etc). El emocionante sumatorio de todo ello, el final del camino, es el valor del compromiso. En la salud y en la enfermedad.
Enrique se sentía por fin capaz de explicarle lo que ella había significado en su vida. Estaba dispuesto a expresar que en sus veintinueve años juntos los dos habían cambiado, no una, sino tres veces; que él había llegado no solo a necesitarla, sino a amarla más intensamente que nunca: no como un trofeo que hay que conquistar, no como un competidor a derrotar, no como un hábito demasiado continuado como para romperlo, sino como una pareja con todas las de la ley, que era piel de su piel, la cabeza de su corazón y el corazón de su alma.
Un libro emocionante que nos enseña cosas y muestra cómo vale la pena empeñarse por proteger los compromisos importantes. Concluye con esta cita de Chesterton:
Dichosos los hombres que aman a la mujer con la que se casan, pero más dichoso aquel que ama a la mujer con la que está casado.
De acuerdo con tu comentario, es sobrecogedor y realista, pero hay que tener ganas de profundidades para atreverse con él.
Coincido contigo, un libro extraordinario que me impactó hace unos años y que recomiendo encarecidamente.
En la misma temática amorosa, pero diametralmente opuesto en la forma, te recomiendo otro asteroide: Melisande, ¿Qué son los sueños. Creo que te gustará también.
Un cordial saludo.
JJJM
Sí, ya lo lei, gracias. Este me ha gustado mucho más.