Sexto libro de notas de Jiménez Lozano. Un escritor castellano grave y profundo, espiritual y sereno, cristiano. Aquí no hay nada de paja. La cultura y la incultura, el janseanismo y las historias talmúdicas, sus lecturas (Kierkegaard, Canetti, Jünger, Bobin, Spinoza, Weil, los Goncourt,…), poemas, el lenguaje, la naturaleza, arte y pintura, la educación.
Pesimismo cultural. Por desgracia, muy informado.
Jiménez Lozano me parece un gigante. Muchas veces estoy seguro de no estar entendiendo todo lo que dice. Lee cosas de las que ni siquiera he oído hablar. Pero es agradable pasar ratos en su compañía, que algo siempre se va pegando.
Dice Joseph Roth, en una página de sus Crónicas berlinesas: “Dios nuestro Señor inventó la arena expresamente para los niños, a fin de que estos, en su sabia ignorancia de lo que es jugar, simbolizaran el sentido y el propósito de la actividad terrenal. Con la pala introduce la arena en un cubo de hojalata, La llevan a otro lugar y allí la vierten. Luego llegan otros niños y, de nuevo con la pala, devuelven la arena a su lugar de origen. Así es la vida”.
Nos acordamos del viejo Qohelet: todo lo que en este mundo ocurre se resume en que el sol sale, da una vuelta y se pone; para hacer lo mismo al día siguiente.