Con Indian Country, de Dorothy M. Johnson, empezó Valdemar su colección Frontera de novelas clásicas del Oeste.
Son relatos breves con calidad literaria y buen ritmo narrativo. Gente dura y sencilla, violencia, costumbres de los indios (sueño en busca de la “medicina”, tortura autoinfligida en el poste, etc). Algunas de ellos se han llevado al cine (Un hombre llamado Caballo y El hombre que mató a Liberty Valance).
Existía una severa y dura disciplina en la vida de un indio crow. Crecía anhelando la gloria; ayunaba y rezaba para alcanzar poderes mágicos y curativos. Cuando consideraba que había obtenido su medicina, marchaba en busca del peligro. Después de un tiempo, se moría. La vida de un hombre blanco era infinitamente más complicada, se podían desear demasiadas cosas y se daban demasiadas maneras de fracasar al tratar de conseguirlas.
Han sacado otro libros de relatos de la misma autora (El árbol del ahorcado y otras historias).
Otro libro del Oeste de la misma colección: Shane. Una buena historia detrás de una memorable película. Que el libro es mejor, no hay ni que decirlo. No llegamos a conocer el pasado misterioso de Shane aunque se intuye fácilmente.
Western psicológico lleno de simbolismo, tragedia griega fatalista, el papel de la Frontera en la Historia de los Estados Unidos, darwinismo social, el papel del héroe, el individualismo y la oposición entre el bien y el mal.
Lo que un hombre sabe no es importante. Lo importante es lo que es. Seguro que fue un vaquero de joven, y muy bueno. Cualquier cosa que haga la hará bien. Espera y verás.