A Julia Bartolini, la protagonista, de 77 años, le quedan meses de vida. Los aprovecha para redactar unas memorias en las que repasa la historia de sus padres, su propio matrimonio y la conflictiva relación que mantiene con sus cuatro hijos.
El autor (chileno, 1961) declara explícitamente en el prólogo su intención de criticar la visión de la familia que defiende la Iglesia Católica, en particular la defensa de modelos rígidos en cuanto al género.
Andrés, el hijo menor de Julia, es homosexual. Julia es presentada como una mujer tradicional, culta, ordenada y presa de las convenciones. Simonetti “salva” al personaje haciéndole aceptar por motivos sentimentales comportamientos contrarios a sus convicciones (la infidelidad de su padre, el matrimonio inadecuado de una de las hijas, la orientación sexual del hijo). El libro no es agresivo sino más bien equilibrado. Hay cosas positivas como la importancia del perdón y de la sinceridad. APROBADO.