La ira de los ángeles. Connolly

CONNOLLY_Ira_ángelesEsta vez seré consecuente y de verdad que es la última historia de Charlie Parker que leo. Llevo ya varias novelas diciéndomelo pero luego se me olvida cuando salen.

Cuerpos que se consumen pero no mueren, espíritus migratorios, Creyentes, Ángeles caídos. Así dichas, cosas a las que ni me acercaría, pero que en las historias de Connolly pasan bien, o pasaban bien. Otra vez el espeluznante Brightell, el rabino Epstein y El Coleccionista. Y, por supuesto, sus amigos Louis y Ángel.

Pero ya hace muchos libros que todo suena a lo mismo. Connolly sigue exprimiendo un pozo seco hace ya tiempo.

Pizzolatto. Galveston

PIZZOLATTO_GalvestonPizzolatto ha escrito y producido para HBO True Detective, una de las series televisivas del año. Una historia criminal literaria y simbólica de ritmo lento con una estética deslumbrante, una intriga absorbente y, sobre todo, con soberbias interpretaciones. Varios años antes publicó su primera novela que ahora ha elegido Salamandra para inaugurar su colección de novela negra.

Roy Cady es un recaudador, un matón a sueldo de cuarenta años al que su propio jefe tiende una trampa mortal para deshacerse de él. Ese mismo día había sabido que tenía cáncer. Huye con Rocky, una prostituta joven que pasaba por allí y con la hija de ésta. El comienzo es explosivo, la parte central lenta y en dos tiempos (el mencionado y el presente desde el que se narra, veinte años más tarde) y el final conseguido. La ambientación es muy similar a la de True Detective: un sur norteamericano white trash, esto es, garitos y caravanas, blancos gordos y pobres, delincuentes palurdos y adolescentes aburridos que se deslizan hacia la droga y la prostitución.

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Cartas de Chandler

CHANDLER_CartasSe han publicado varias recopilaciones de las numerosísimas cartas de Chandler. Esta edición española traduce íntegra una norteamericana del 2000 y le añade al final varios ensayos del célebre creador de Marlowe.

Chandler era un tipo poco sociable, desarraigado, con más de cien domicilios distintos en el curso de su vida. Sin amistades, sin familia. Sólo 17 personas asistieron a su funeral en 1959.

Escribía cartas durante la noche, dictadas a una grabadora, y su secretaria las transcribía por la mañana. Muchas empiezan con una cuestión concreta (a un agente, a un editor, a otro escritor, a un admirador, etc) y después se extienden en soliloquios sobre cualquier cosa en la que el autor estuviera pensando en ese momento. Están llenas de observaciones interesantes sobre la novela (la policiaca y “la seria”), sobre Hollywood, sobre las diferencias entre EEUU e Inglaterra, sobre la vida en general. Continuar leyendo «Cartas de Chandler»