Sofismas de Vicente Núñez

NUÑEZEl cordobés Vicente Núñez (1926-2002) publicó este casi millar de aforismos en el suplemento dominical del diario Córdoba entre octubre de 1987 y diciembre de 1992.

Piezas breves, completas e intensas, con menos contenido relativista del que podría esperarse por el título con el que el autor las engloba.

Me ha gustado regular, aunque tiene cosas buenas. Con demasiada frecuencia lo he encontrado oscuro y en pocas ocasiones he encontrado auténtica belleza formal.

Ahí va una pequeña selección:

El hombre que se apoya en el aire adquiere la consistencia de las estrellas.

Todo uniforme desnuda.

Lo que la arruga expresa es conducta.

¿Pero qué vas a averiguar por una carretera? ¡Métete por las trochas!

Tienes que hallar tu soledad; ese es el dormitorio del ser.

Si no cierro los ojos, ¿cómo voy a ver?

La carcajada de la naturaleza de la ciencia es olímpica.

Todas las posturas incómodas son elegantes.

Un solo bostezo aniquila diez años de intensa pasión.

Sólo en el torero coinciden el hombre con el macho. Nunca más.

Relámpagos. Nuevos aforismos de Eder

EDER
Estupenda esta nueva recopilación de aforismos de Eder.

Reproduzco este acertado párrafo final (que, por cierto, no queda claro si es del propio autor o no):

El aforismo como relámpago

El amor, la muerte, el paso del tiempo, los viajes, la injusticia, del destino, el poder, los paraísos perdidos, el egoísmo, el sentido de la vida, la amistad, la ambición, la belleza. Punto. Éstos son los grandes temas literarios. El escritor de aforismos escribe sobre todos estos temas osadamente porque el género es así, superficial y profundo a la vez. Con la máxima brevedad el aforista trata de decir algo que merezca la pena de ser leído y recordado. Perfección formal, agudeza, lucidez, ironía y gracia son algunas de las características que salvan al género aforista. Si no, se cae en la tonta ingeniosidad, en las meras ocurrencias, en una estéril grandilocuencia. Pero cuando el aforista acierta se produce el milagro. Los buenos aforismos son como relámpagos en la oscuridad.

He marcado tantos que no vale la pena reproducir algunos. A mi me interesan más los consejos, los que ayudan a vivir, los que me afectan, aunque también disfruto con sus ocurrencias, sus comparaciones felices y los reconocimientos de cosas que yo también pensaba y nunca hubiera dicho tan bien. Eder es claro, sencillo, A es B, tiempos en presente, construcciones transparentes. Casi todas sus frases tienen algo, es difícil descartar alguna absolutamente.

Por si no quedó claro la otra vez que apareció por aquí, no pierdan más tiempo y léanlo cuanto antes. También tiene actividad en presente en Facebook.

Aquí pueden ver a Eder leyendo algunos de estos aforismos.

Epigramas de Moro

MORO_EpigramasDe Moro son imprescindibles sus libros humanísticos y de fe cristiana: La agonía de Cristo, el Diálogo de la fortaleza contra la tribulación y las Cartas desde la torre. A mi Utopía se me hizo pesadísimo. Ahora me he topado con sorpresa con esta edición española de sus Epigramas de 1518.

Es un libro ameno y variado. Tomando pie de Ovidio, la historia de Roma, fábulas clásicas o pensadores de la antigüedad, Moro recrea con sus palabras enseñanzas morales sobre temas de entidad (muerte, política, guerra, riqueza, cultura, fortuna, mujer, amor, belleza, la fugacidad de lo perecedero, el orgullo). También alaba a contemporáneos o los ataca, ironizando sobre episodios y caracteres. Sus recursos literarios son amplios, los habituales del género: metonimias, contrastes, paralelismos, proverbios, comparaciones, repeticiones, juegos de palabras, etc.

Moro murió con sesenta años y los escribió entre los veinte y los cuarenta, momento en que entra al servicio del Rey. Es decir, se trata de una obra de primera madurez.

Desde luego no es su libro más importante, pero cualquiera encontrará en él cosas útiles. La introducción y las notas ayudan a acercar el texto al lector común del S.XXI, un poco alejado de las referencias clásicas del santo y decapitado humanista inglés.