Vauvenargues

Me topo por casualidad en la biblioteca pública con una auténtica joya, un festín para la inteligencia que ha tenido el acierto de reunir la editorial andaluza Almuzara: nada menos que lo fundamental de los moralistas franceses (XVII y XVIII) en un solo volumen.

Ya había leído a cinco de ellos y ahora he aprovechado para leer al que no conocía: Vauvenargues.

Unas 1000 sentencias y máximas. Ingenioso y tremendamente lúcido. Ataca la debilidad, la vanidad y el egoísmo humano, motor básico de muchas de nuestras acciones. El placer y el propio interés nos mueven más que la verdad. El corazón y las pasiones nos impulsan más que la razón. Hay que seguir la naturaleza (pasión + juicio) y no la opinión de los demás, la moda.

Para que se sitúen:

12
Es señal de mediocridad elogiar siempre moderadamente.

89
Los hombres tienen grandes pretensiones y pequeños proyectos.

90
Los grandes hombres emprenden grandes cosas porque son grandes; y los locos, porque las creen fáciles.

Cioran

Leo el primer capítulo de El inconveniente de haber nacido, de Cioran, y lo devuelvo a la Biblioteca. Compruebo que el estilo es vigoroso y que cada aforismo contiene alguna idea, pero no veo que esta lectura vaya a aportarme gran cosa. No extraigo conclusiones con tan pocas páginas e intento no etiquetarlo de existencialista cenizo, pero me va a costar retomarlo en alguna otra ocasión.

De todos modos, como decía alguien, siempre se saca algo:

…sólo hay que decir algo que pueda susurrarse al oído de un borracho a de un moribundo.
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Lo que sé a los sesenta años ya lo sabía a los veinte. Cuarenta años de un largo y superfluo trabajo de comprobación.
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…podría prescindir de todo salvo del tónico de la injusticia.

Sánchez Ferlosio

Rafael Sánchez Ferlosio es uno de nuestros dinosaurios intocables. Pasa por ser un pensador independiente, misántropo y feroz, al margen de todo, alguien que sólo debe rendir cuenta a la inteligencia.

A mi me encantó El Jarama, más por el estilo que por la trama, lógicamente, y me deslumbró de nuevo la prosa de El testimonio de Yarfoz (lo que no impidió que la historia llegara a aburrirme llegado cierto momento). Creo que su Alfanhuí está sobrevalorado.

No había leído nada de sus libros de ensayo y ahora cogí en la Biblioteca Vendrán más años malos y nos harán más ciegos, que ganó en su día el Nacional de Ensayo. ¿Algo que añadir después de un título así? Pues eso, destila pesimismo. Con un estilo algo manierista a veces y siempre indignado, arremete contra las imposibles relaciones entre los hombres, contra el periodismo, contra el paso del tiempo, contra el españolismo malo, contra el culto a la historia. Un pataleo lleno de razones pero sin razón, donde intercala también pequeñas poesías, breves relatos y hasta un villancico.

Esperaba más.