
Edición española de los textos biográficos y de asunto literario que ha publicado el escritor sureño entre 1992 y 2006: son 13 en total, aparecidos antes en forma de conferencia, artículo en revista o prólogos a libros. Cuatro recogen recuerdos de infancia y el resto, los más interesantes, están dedicados al trabajo de escritor o a hablar de autores importantes para él (Chéjov, Carver, Yates y Salter). La heterogeneidad del volumen lo hace ameno y variado, y además consigue evitar el peligro del desequilibrio y la falta de unidad, pues Ford comunica de un modo muy parecido esté dando una conferencia sobre la ficción corta, prologando una antología sobre su admirado Chéjov o contando la vez que hizo de caddy para el botones negro del hotel de su abuelo.
Categoría: Ensayos
Epitafio
Así se imagina Barnes la necrológica que se le podría dedicar:
Ayer murió un londinense de más de sesenta y dos años. Durante la mayor parte de su vida gozó de buena salud y no había pasado una sola noche en un hospital hasta la enfermedad definitiva. Tras un comienzo profesional lento e improductivo, alcanzó más éxito del que había esperado. Tras un comienzo emocional lento y precario, alcanzó tanta felicidad como permitía su naturaleza. A pesar del egoísmo de sus genes, no logró —o, mejor dicho, no quiso— transmitirlos a otros, creyendo además que su negativa constituía un acto de libre albedrío frente al determinismo biológico. Escribió libros y después murió. Aunque un amigo satírico pensaba que su vida estuvo dividida entre la literatura y la cocina (y la botella de vino), hubo en ella otras facetas: amor, amistad, música, arte, sociedad, viajes, deportes, bromas. Era feliz en compañía de sí mismo siempre que supiera cuándo terminaría esta soledad. Amaba a su mujer y temía a la muerte.
Julian Barnes, Nada que temer.
Wood. Mecanismos de la ficción
James Wood es un crítico literario inglés, ensayista y novelista. En este libro aborda cuestiones muy tratadas en la teoría de la novela como son las del realismo (mímesis, verdad, representación, verosimilitud), la voz y pensamiento de los personajes (diálogos, estilo indirecto libre, conciencia), los propios rasgos de los personajes (caracterización y evolución), el estilismo y el lenguaje y los papeles del autor y el narrador en las ficciones.
10 capítulos y apenas 200 páginas. He leído ya algunos libros sobre estas cuestiones y este me ha parecido destacable: a la vez ameno, riguroso y breve, huye de tópicos y simplificaciones y demuestra que tiene detrás un gran lector.
Explica con detalle la importancia de Flaubert y por qué su obra supone un antes y un después en la narración realista moderna. Su uso de los detalles, la no implicación del autor, la palabra cuidada al máximo, el empleo maestro del estilo indirecto libre. También abunda en el magisterio de Dostoievski, sobre todo en el tratamiento de la conducta humana y en la profundidad de sus personajes: la novela como medio de investigación profundo y serio del comportamiento humano.
No sé si la cosa llegará a tanto como se promete (“Un libro que cambiará nuestra manera de leer” dice la portada), pero ayuda a relacionar cuestiones básicas, a entender su importancia y a comprender lo que cuesta el difícil arte de escribir bien.