Rasgos del cuento (1 de 3)

Sin debilidad
Comenzar bien un cuento y llevarlo hacia su final sin una digresión, sin una debilidad, sin un desvío: he ahí en pocas palabras el núcleo de la técnica del cuento.
(Juan Bosch)
……….
Un efecto
Un artista literario hábil ha construido un cuento. Si ha sido sabio, no ha ajustado sus pensamientos para acomodar sus incidentes; al contrario, después de haber concebido, con un cuidado premeditado, cierto efecto único o singular que resalte, inventará los episodios, combinará los acontecimientos que mejor le ayuden a establecer el efecto preconcebido. Si aún la primera frase no conduce a descubrir ese efecto, el artista ha malogrado su primer paso.
(Edgar Allan Poe)Intenso
La novela es extensa; el cuento es intenso.
(Juan Bosch)
El cuento no admite vacilación en ninguna de sus palabras. Cada una deja de existir por sí misma para conducir a la próxima.
(José Balza)

[Fuente: Guillermo Samperio, “Cómo se escribe un cuento», 2008. Selección y orden propios]

Relatos y novelas

Me han preguntado por qué nunca he intentado escribir una novela. La pereza, por supuesto, es la primera explicación. Pero hay otra. Nunca he leído una novela sin cierta sensación de aburrimiento. Las novelas incluyen material de relleno; creo, por lo que sé, que el material de relleno puede ser una parte esencial de la novela. Pero he leído y vuelto a leer una y otra vez muchos relatos breves. Entiendo que en un relato breve de, por ejemplo, Henry James o Rudyard Kipling podemos encontrar tanta complejidad -y de un modo más agradable-como en una larga novela.

Borges. Arte poética, seis conferencias (1968)

Joseph Roth

Son tan bonitos los libros de El Acantilado que es difícil resistirse a ellos. Pero no lean este librillo de Joseph Roth porque no se harán cargo del autor y puede desanimarles. Roth escribe siempre de lo mismo, de la caída del imperio austro-húngaro; a veces le da para potentes historias (La marcha Radetzky, su mejor novela), para breves pero intensas fábulas (La leyenda del santo bebedor o La cripta de los capuchinos), o para leves historietas como esta del conde Morstin), un noble nostálgico que se opone a las nacionalidades y mantiene en su casa un busto de su Majestad hasta que le obligan a quitarlo. Estas editoriales pequeñas y selectas aprovechan el prestigio de autores serios y muertos (preferentemente) para consolidar su catálogo, pero se me escapan los motivos para publicar esta pequeña redacción de 60 págs de forma asilada.