Teatro de Casona

Una manía-pulsión que no logro superar es que oigo hablar de un libro que no he leído y me pongo a buscarlo, aunque tenga empezados otros diez. (No es tan así: tiene que interesarme el autor, no ser muy largo, estar fácilmente disponible,…etc). Me acaba de pasar con el teatro de Casona, del que sólo he leído La dama del alba (de la que no recuerdo NADA), pero que estaba en la sección de mi cerebro “algún día debo leer algo más”. Encuentro fácilmente 4 ó 5 dramas en epub y leo Los árboles mueren de pie. Amable, cierto ingenio, algunas ideas, buen ritmo. No es el teatro que más me interesa pero no está mal. No es para seguir corriendo con las otras, pero tiene calidad.

Poemas de José Luis de la Cuesta


Leo un breve poemario de José Luis de la Cuesta. Me gusta mucho a fuerza de coincidir con la mayoría de las ideas. Se habla del amor y de la mujer (de las guapas, que siempre se sientan junto a otro; de las feas; de las tontas; de las madres), se defiende la vida (toda vida), de Dios, de la pobreza (y de la superficialidad y el lujo). Un libro sincero y claro, a veces algo áspero. ¿La prosa la “prima gorda” de los versos? Habría que discutirlo.

Es interesante ver siempre las citas e influencias declaradas (dime con quien te juntas…): aquí tenemos a Stevenson, Chesterton, Quintana, Flannery O’Connor, Rilke, Conrad y Propercio, entre otros.

12 poemas móvil-escaneados.

Poemas de Jaime García-Máiquez

Conozco a Jaime García-Máiquez de nuestra época universitaria. Leo ahora por primera vez unos poemas suyos. Es estupendo cuando algo quieres que te guste y además te gusta. Oh, mundo, del 2012, habla de su vocación de escritor (“El sitio”, “Mi opinión”), de la relación con los demás (“Perdón”, ”Sucede”), de Dios (“Tentación en el desierto”) y de más cosas. He señalado los poemas que más me han gustado y he capturado con mi móvil. Hablar limpio, poesía de la cotidianidad, sencilla y clara. En el prólogo dice que a veces hay que oscurecer un poco las cosas para verlas: al lector se le dan mascadas, seguramente por el trabajo que hay detrás.

Contarse a si mismo, ¿no es siempre el asunto central del poeta?: Un cuerpo en calma para un alma en vilo, mirándole la cara a lo absoluto; a las grandes preguntas siempre daba, sonriendo, respuestas muy pequeñas.

El otro poemario, (Grosso modo, un año anterior), me ha gustado menos. Lo firma con seudónimo y son versos rimados. López de Artieta reniega de una bohemia inútil y achaca su malditismo a un cóctel de fe católica, espíritu reaccionario y poca simpatía por la democracia.

Es la primera vez, si no recuerdo mal, que leo poemarios en sus ediciones originales. Hasta ahora sólo me había atrevido con antologías. Resultado: 1, se acaban antes; 2, los poemas verdaderamente destacables resaltan con más facilidad.