Diarios de Carrión (1961-2001)

Terminado el primer tomo de los Diarios de Ignacio Carrión (La hierba crece despacio, 1961-2001), desde sus 23 hasta sus 63 años. Luego vendrían los dos tomos de Molestia aparte y los Diarios finales.

Casi mil páginas de anotaciones personales, sobre su interior, sobre los suyos, sobre libros y sobre periodismo. Es un tipo sensible, inteligente, con sentido común, honesto, preparado y leído. También depresivo, con una traumática infancia que le marcó. Sin fe. Tremenda la descripción de la relación con su madre y amarga la ruptura de su matrimonio. No llegué a leer nunca su trabajo como periodista-corresponsal pero sus entrevistas eran famosas. Fue valorado en su profesión y estuvo en todo y con todos, casi siempre fuera de España.

Hay mil cosas interesantes en este libro que, según leo, levantó bastantes ampollas. Les dejo anotadas algunas de ellas, sobre todo las que tienen que ver con libros.

Mitología según Fernán Caballero

Cae en mis manos esta Mitología de Fernán Caballero, en la que repasa dioses, héroes y semidioses griegos y hombres célebres de Grecia. Homero, Zeus, Temístocles y Pericles mezclados en un totum revolutum algo demente pero tolerable. Haciendo abstracción de los «cúpole» y «enamorose», y de muchas simplificaciones y estridentes juicios de valor, el conjunto es simpático y válido como primera introducción. Sabremos cuantas son Las musas, cuales los 12 trabajos de Hércules y el sentido de algunas locuciones de uso corriente tomadas de la mitología. Los mitos no tienen que ver con la verdad sino con la literatura, y no hay que pedirles más, así están bien y sólo por eso merece la pena conocerlos.

Las señoras. Jiménez Lozano

Las protagonistas de esta novela son dos señoras de 79 y 82 años, hermanas solteras, cultas y leídas. Hay un concurso televisivo y una pupila que vive con ellas, que hace la tesis y tiene algo que ver con las drogas. El resto de personajes son la asistenta, el canónigo, un doctor y el comisario. Lo mejor del libro son Constancia y Clemencia, contundentes, independientes y de marcada personalidad. Junto a eso, el excelente castellano de siempre del autor, al que siempre agradecemos, además, su brevedad.