Favelis

La cultura argentina ha producido figuras notables en muchos campos. Borges, Cortázar y Denevi; algunas buenas pelis en los últimos años; algunas buenas canciones también recientes; algunos goles de Maradona (obras de arte evidentes incluso para mi); los espectáculos de Les Luthiers; etc.

He conocido un nuevo elemento, el humorista Martín Favelis. Es más bien un pensador. Tuvo la amabilidad de dedicarme un volumen titulado Frases al cuadrado, una colección de lo que denominé (y le gustó) aforismos gráficos. Ha inventado un nuevo género. Por lo general sus ideas son amables y positivas, esperanzadoras cuando se dirige a las personas mayores, hacen pensar y mejorar. Tiene buenas intuiciones, casi siempre con sustancia. También hay un toque de humor (él se denomina humorista), pero sin facilonería trivial. No provoca carcajadas como un ácido Groucho Marx, ni es irónico como el corrosivo W. Allen. Tampoco es el estilo de Les Luthiers. Es otro modo de hacer humor inteligente.

Les dejo varias viñetas y juzguen por sí mismos. Este es su blog.

Arte poética según Borges

Borges es para mi una especie de astro al que hay que exponerse con prudencia, en pequeñas dosis, para evitar quemaduras. Hay que tenerle siempre a mano. Una página suya nos saca de la crisis de desánimo que nos puede entrar con tanta cosa mediocre como se publica y leemos. El juega en otra división, y hay que recordar su castellano antes de decir de algo que «es bueno» o «está bien escrito». A la vez, casi siempre me resulta un poco frío e excesivamente intelectual y erudito para mi gusto.

Tengo desde hace años sus obras completas (5 vols. del Círculo de Lectores) y voy poco a poco avanzando, con calma.

Ahora he leído, en otra edición, las Norton Lectures, seis conferencias que pronunció en Harvard entre ocubre de 1967 y abril de 1968, en inglés. En España las ha publicado la Editorial Crítica bajo el título Arte poética.

Los titulos de las intervenciones son:

Continuar leyendo «Arte poética según Borges»

Balas de plata

«Ante la muerte de un ser querido un bato le dijo a una morra: ¿qué onda, mija, se hace? Te propongo que nos echemos uno a la monje loco».

Así es toda la novela. Muy difícil para un español. Por si no bastaran los modismos, la puntuación es imposible: preguntas o exclamaciones con/sin signos; respuestas o preguntas mezcladas con descripciones o pensamientos en el mismo párrafo, todo separado sólo por comas. Tampoco se indica siempre con claridad quien es el que habla.

Entre todo eso, se adivinan varios asesinatos, los narcos, la corrupción policial, historias de amor y muerte, y un poli con casta que persigue la verdad cueste lo que cueste.

El tema (novela negra), el sello (Tusquets) y la recomendación (Pérez-Reverte) me han llevado a Elmer Mendoza, y aunque no voy a leerle más, a mi no me ha disgustado el libro a pesar de todo. Hay buenos diálogos (cuando se entienden) y el ritmo está muy conseguido.