Blanca García-Valdecasas. Pedir la luna

Constanza Morales es una joven abogada sevillana que sufre un duro revés sentimental y familiar. Se traslada a Madrid donde hace nuevas amistades, instala piso e inicia una nueva relación amorosa con Francis, quien promete que dejará a su mujer por ella. En su bloque de pisos frecuentará a varios vecinos e intimará especialmente con la agente que la condujo a ese inmueble.

La novela se centra en la vida de Constanza: inicios profesionales, salida del hogar familiar, desarraigo de su tierra, primeras cargas económicas, conflictos entre fe y vida, lidia con los desengaños de la existencia, proyectos y sueños. Una entrada agitada en el tercer milenio. Su relación con distintos personajes de diferentes edades, da pie a la autora a introducir múltiples enfoques de la existencia y, en particular, del amor. Más precisamente, del sentimiento amoroso. La atmósfera general de la narración es de frustración y conflicto. Hay ejemplos de entrega física inmediata y sin compromiso, infidelidad, traiciones y promiscuidad entre personas del mismo sexo. También algún ejemplo de fidelidad de por vida a un único amor que ya murió.  La trama se debilita al difuminarse en excesivos frentes, quizás con la pretensión de radiografiar la sociedad con la mayor extensión posible.

El relato es básicamente dialogado. Brilla en la femenina mirada de matices y detalles, sobre todo a la hora de describir. La veterana escritora granadina (1936) publicó una novela más valiosa hace una treintena de años (Por donde sale el sol), una bonita y cotidiana historia de familia numerosa en emigración. Ahora da inicio con este nuevo título a la que ha llamado Trilogía del tercer milenio. Queda por ver la evolución de Constanza y la resolución de algún misterio familiar, con presunto asesinado incluido.

El inolvidable Lorenzo de Delibes

• Una bonita historia corta de BARICCO (Novecento). El pianista del océano. Un relato con pasión, inventiva y originalidad. 

• La novela de moda de COGNETTI (Las ocho montañas) está bien. Pero es larga. El padre y el hijo, el amigo, la montaña. Algunas ideas interesantes relaciones bien descritas….pero también paja.

• El inclasificable último libro de MUÑOZ MOLINA (Un andar solitario entre la gente), uno de los autores españoles que más valoro), cansa un poco. El autor piensa, lee, anda y recuerda. Inteligencia fértil y vasta cultura. Arriesgado, original, inteligente, sólido. Pero también repetitivo, algo espeso y  muy minoritario. 

• En busca de satisfacción fácil, recurro a relecturas seguras (DELIBES, Diario de un cazador) o a cómodos y entretenidos thrillers (BALDACCI, Los inocentes). El inolvidable Lorenzo no defrauda y las complejas y eléctricas tramas del americano tampoco. (Tiene gracia, Delibes y Baldacci en un mismo párrafo).

Novelas cortas de Zweig, apuesta segura

• Tiendo últimamente a leer ficciones cortas. Los norteamericanos son buenos en esto. He leído por primera vez a GAUTREAUX (El mismo sitio, las mismas cosas) y a AYERS LAWSON (Virgen y otros relatos). los dos hacen piezas relativamente largas. El primero me ha gustado más, y especialmente el que da título a la colección. Ambientes rurales, pequeñas y grandes tragedias, realismo. La segunda es áspera y está algo obsesionada con lo sexual. Las cinco historias están bien construidas pero dejan mal sabor de boca. BIEN y APROBADO.

• También he terminado los relatos que no había leído de BORGES, sus últimos (contenidos en El oro de los tigres -que también incluye poesías-, El libro de arena y La Memoria de Shakespeare). Todos tienen calidad, sorpresas y afilado lenguaje. Inevitablemente hay repeticiones y no todos son sobresalientes. BIEN.

• Releo cuatro novelas cortas de ZWEIG, empujado por el entusiasmo de un amigo que acaba de descubrirlo (Mendel, el de los libros, Carta de una desconocida, Novela de ajedrez y Veinticuatro horas en la vida de una mujer). Todas están bien, personajes apasionados, pero me reafirmo es que es mucho mejor biógrafo-ensayista-memorialista. En todo caso, es una apuesta segura. BIEN.