Jonathan Lee. El gran salto

Octubre de 1984. Margaret Thatcher va a celebrar una convención de su partido en un lujoso hotel costero en Brighton. Para Moose, subdirector del Grand Hotel es la oportunidad de lucirse y conseguir el ascenso que cree que merece. Su hija Freya, de dieciocho años, recepcionista del hotel, atraviesa un momento crucial de su vida y se debate entre empezar la universidad o marcharse a España. Roy Walsh se aloja unos días en el hotel, semanas antes del encuentro de los políticos. Enseguida Freya y él se caen bien. Pero Roy no va en busca de diversión ni romances, es un experto en explosivos del IRA y su objetivo es preparar un atentado en el Grand.

La novela se centra en las vidas de Moose, Freya y Roy. La crisis de madurez, los problemas y soledades de un padre soltero; la llegada a la mayoría de edad y la toma de decisiones importantes, los vaivenes sentimentales; la dura vida en Belfast, el contraste entre los ideales y las personas que los representan. El arranque del libro, presentación de los tres personajes y del conflicto en ciernes, es sensacional. Los diálogos funcionan muy bien, todos los detalles que se eligen tienen una alta significación y la mímesis de las tres vidas es de alta calidad. El británico Lee (1981) muestra tanta realidad que resulta milagroso y muy convincente. Es más contenido pero recuerda, en algunos aspectos del estilo, al apabullante Tom Wolfe. El título del libro alude a que Moose fue en su juventud una vieja gloria del salto de trampolín.

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Ishiguro, un Nobel de calidad

Es la primera vez que le dan el Nobel a un escritor que he leído completo, es decir, que me interesa mucho. El que más de todos los galardonados en este milenio. No me convenció su última novela, la séptima, pero las otras seis y sus relatos están muy bien.

Digo algo sobre su trayectoria en Aceprensa (artículo de libre acceso).

Cáscara de nuez. McEwan


La historia es conocida: ella engaña a su marido del que espera un hijo. Tampoco es nuevo que el amante sea el hermano del marido. Como cosa nueva, y al mismo tiempo arriesgada, que la historia la cuenta el feto desde el vientre materno. Requiere imaginación elegir este punto de vista y el lector ha de hacer también un esfuerzo. Ella y el amante planean la muerte del marido. Lo interesante del libro son los comentarios, lo que se dice sobre la familia, sobre la maternidad, las expectativas del feto ante su inminente salida del mundo. McEwan es un autor fino e inteligente que sabe decir de modo muy elegante y agudo cosas corrientes. Hay frecuentes detalles sexuales. Es magistral la descripción del parto.