«Lee los mejores libros primero; lo más seguro es que no alcances a leerlos todos»
Henry David Thoreau
Blog sobre lecturas de Javier Cercas Rueda
Me preguntan por el El diario de Bridget Jones de Helen Fielding y no pierdo esta oportunidad para hundirlo.
Lo recuerdo perfectamente. Sólo resisto enero y febrero, resto lo ojeo en cinco minutos. Detestable producto que se vendió bien, si no recuerdo mal. Ella es secretaria de una editorial y está obsesionada por su peso y por el sexo. Qué y cuanto ha comido ese día y cuando podrá acostarse con su jefe son los ejes de su vida y el asunto de las entradas del diario. Con «tanto» argumento la cosa va a peor en cuanto a zafia y previsible. Incluso ciertos golpes humorístico-irónicos dejan de hacer gracia a la quinta vez. Dios mío, ¡qué libro!
Con esta base, la película ni lo he intentado. (Aunque me cae bastante bien la actriz)
Toda la lectura de esta semana la he dedicado a la obra maestra de Styron. Un libro difícil de valorar. Por la fuerza de la historia, el poderoso estilo, la manera de narrar y de distribuir la historia, el propósito de profundizar en un asunto difícil e inexplicable (el holocausto judío), etc, etc, etc, es un novelón. De hecho es casi un libro de culto. Pero está también la obsesión de describir con detalle las actividades sexuales de la protagonista y del narrador, las incontables vejaciones, la violencia psicológica durísima, el abuso de alcohol y drogas, el desprecio de la religión. El conjunto es de una podredumbre moral aplastante. En cierto sentido puede resultar más obsceno el olor a carne humana de los crematorios que los animalescos comportamientos de los protagonistas, pero la suma de uno y otro en un mismo libro es ya demasiado. Sin duda, no lo aconsejo.
Este es el comentario más desarrollado que he preparado para Aceprensa.