La chica inglesa. Daniel Silva

SILVA_Chica inglesa
Rusia, en el presente, quiere acceder a petróleo británico en el Mar del Norte y negocia que el gobierno del Reino Unido otorgue una apetitosa concesión a una empresa soviética. Al mismo tiempo, es secuestrada una joven promesa del partido británico en el poder. El Primer Ministro tiene interés particular en que sea rescatada y acude, extraoficialmente, a un legendario agente del servicio de inteligencia israelí.

Esta es la décimo octava novela del norteamericano Silva (1960) desde 1996, y la décimo tercera protagonizada por el súper agente Gabriel Allon.

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Pórtico de Pohl

POHL_PórticoA pesar de mi mala experiencia de hace un par de veranos he reincidido en la ciencia ficción en una primaveral tarde de semana santa. Otro intento con una de las sagas «míticas», la de Pohl sobre los Heechee.

En este tipo de libros veo casi siempre básicamente tres cosas:

  1. La clave conceptual y el planteamiento. Época, naturaleza de los elementos en conflicto. Es la oportunidad de la imaginación y es donde la ambición del escritor da su talla. No hay que desanimarse con los términos científicos o pseudocientíficos que aparezcan.
  2. La microhistoria. Lo que ocurre a los personajes concretos. Intrigas, romances, guerras, peleas. Son cosas conocidas sólo que ahora ocurren en lo que se describe en 1.
  3. Luego están las decisiones literarias propias de cualquier obra de ficción: quien narra, en que tono de lenguaje se cuenta, uso del tiempo y del lugar, etc.

En este sentido el libro de Pohl me parece:

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Los libros en The New Yorker. Viñetas

VVAA_Libros en NY

Dejé pasar las dos primeras colecciones de viñetas (sobre La oficina y sobre El dinero) pero esta ya era demasiado pasar. Casi doscientos chistes gráficos sobre el mundo del libro, agrupados en cuatro capítulos: Los escritores (ociosos, ególatras, con mala vida familiar, sus negros), los editores (despiadados, peseteros, aduladores), los lectores (los que no leen, los que leen demasiado, los clubs de lectura, la TV, el libro electrónico) y los libreros (su ignorancia, el modo de presentar lo que venden).

Hay de todo (los dibujantes son muchos) pero bastantes tienen gracia. Para pasar un buen rato sin mayores pretensiones.