Lichtenberg

Georg Christophe Lichtenberg fue un científico alemán del S. XVIII, bajito y jorobado, uno de los 17 hijos de un pastor protestante. Empezó a llevar unos cuadernos desde los 23 años en los que iba anotando todo tipo de ideas, inspiraciones, juegos de palabras, comentarios de lecturas y autores, aforismos y chistecillos. Pasó los últimos años de su vida con fuertes depresiones, murió a los 58 años y, tras su muerte, sus amigos recopilaron y editaron sus cuadernos.Nietzsche decía que es de los pocos libros alemanes que merecen ser leídos una y otra vez y es también admirado por muchos otros escritores.Edhasa publicó en España en 1990 una selección de sus ideas tituladas Aforismos, aunque no se trata exactamente de tales. (Hay otras recopilaciones en Valdemar y en Cátedra).

A mi me ha decepcionado y no he encontrado gran cosa que me interese. Es el típico especimen de racionalista ilustrado, escéptico, humorista, sarcástico, rendido a la diosa razón. La inteligencia, la observación y Voltaire lo son todo. Muerte al sentimentalismo y a la religión. Se ríe de Goethe y de tantos tópicos sobre la superioridad alemana.

He anotado con todo algunas frases, sobre todo referidas a la lectura. Ya les copiaré algunas.

Pieza de verano

Pieza de verano. En algún rincón perdido de mi memoria estaba este título desde hace años. Al verlo en la biblioteca pública lo saqué. Pestiño monumental. Estilo indirecto libre mezclado con monólogos y recuerdos. No hay diálogos directos. El narrador hace preguntas (¿a?) y las responde él mismo (creo). Al cabo de treinta páginas aún no sé quien es quien ni cómo se relacionan, ni quien habla. Todo es fogonazos.He leído textos más difíciles que este y que me han gustado. Me desanimo y lo termino por derribo, sin llegar a enterarme en ningún momento de qué me están contando. Aunque desde la página 30 ya puse poco de mi parte. ¡Estos alemanes!

Emmerich

Estos días de Semana Santa he releído el relato de la Pasión de Ana Catherina Emmerich. Esta religiosa, por una gracia especial, pudo revivir como testigo todo lo que ocurrió en la primera Semana Santa. El relato es vívido y detallista, fiel completamente a la Sagradas Escrituras pero con muchos más matices. Lo tomo como lo que es, una ayuda para representarnos unos hechos.

En este texto se inspiró Mel Gibson para rodar La Pasión. Lo que ocurre ahora, o al menos me ha ocurrido a mi, es que después de haber visto la impresionante película, es difícil que cualquier libro sobre lo mismo te pueda impactar tanto. Sé que suele ocurrir al contrario, pero no esta vez.

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