El Sha. Kapuscinski

ShaDe Kapuscinski sólo había leído hasta ahora Ebano, que me encantó y he recomendado desde entonces. Ha llegado el momento de seguir con más cosas suyas. El Sha cuenta la historia del ascenso y caída de Mohamed Reza Pahlevi.

El libro se compone del comentario de fotografías, de notas, de extractos de periódicos y de comentarios de libros. El conjunto es una crónica muy personal y vívida del Irán anterior a Jomeini y de la revolución chiíta.

El polaco hace un periodismo de nombres y apellidos, de historias reales que nos llegan irremediablemente. Es una mezcla de datos, reflexión, autobiografía y reportaje que analizan la cuestión y nos la sirven en bandeja transformada en algo apasionante. Se erige en intermediario inteligente entre nosotros y cuestiones complejas.

Me parece una lectura conveniente, aunque sea del 82, para entender un poco lo que ocurre allí, un lugar que es tema fijo de los telediarios desde hace muchos años.

Wiesel. La noche

Wiesel¿Por qué siempre hablo de lo cansado que estoy de libros sobre el holocausto y sigo leyéndolos? Ni idea. Quizás es por el miedo a estar perdiéndome algún testimonio definitivo, alguna vida ejemplar, algo emocionante basado en una de las locuras más monstruosas de la historia de la humanidad. Me gustaron mucho los de Primo Levi (Si esto es un hombre) y el de Heléne Berr (Diario), se me hizo pesado pero es valioso el de Harendt (Eichmann en Jerusalen), creo que está sobrevalorado el del Ana Frank y me pareció una chorrada el de Boyne (el del pijama a rayas). Interesante, aunque algo oscuro, el cómic Maus. Estos, que me acuerde.

Ahora he leído La noche, primero de la famosa trilogía de Wiesel. Nihil novum sub sole: estrellas amarillas, guetos, terror, olor a carne quemada en Birkenau, Mengele, números tatuados en la piel, etc. Para el que no haya leído nada puede ser una buena introducción al tema. No me ha parecido especialmente destacable. Además, me entero de que ha habido una polémica sobre si Wiesel (luego Premio nobel de la paz) plagió a otro escritor.

Quizás lo más original en este testimonio es que antes de esta experiencia traumática a los 15 años, Wiesel era muy religioso. Su fe no sobrevivió a la prueba.

Otra de nazis

Helga Schneider. Déjame ir, madre. Novela autobiográfica.

Helga es abandonada con cuatro años por su madre en 1941, cuando ésta se entrega en cuerpo y alma a las Waffen-SS. 30 años después vuelven a verse en una ocasión. Una segunda ocurre en 1998 y es lo que se nos cuenta en la novela.

La ancianísima madre fue celadora en Birkenau, trabajo que reservaban a las más despiadadas e insensibles, y es representante típica de la doble moral de las SS: «una fachada austera de rigor, orgullo, moderación y templanza que oculta abismos de desorden, fanatismo, soberbia… y una enorme sed de poder». Mentirosa, oportunista y poco fiable.

Helga desprecia todo lo que su madre ha sido y, a la vez, siente la fuerza de los lazos de la sangre.

Uno más de campos de concentración.