Helga Schneider. Déjame ir, madre. Novela autobiográfica.
Helga es abandonada con cuatro años por su madre en 1941, cuando ésta se entrega en cuerpo y alma a las Waffen-SS. 30 años después vuelven a verse en una ocasión. Una segunda ocurre en 1998 y es lo que se nos cuenta en la novela.
La ancianísima madre fue celadora en Birkenau, trabajo que reservaban a las más despiadadas e insensibles, y es representante típica de la doble moral de las SS: «una fachada austera de rigor, orgullo, moderación y templanza que oculta abismos de desorden, fanatismo, soberbia… y una enorme sed de poder». Mentirosa, oportunista y poco fiable.
Helga desprecia todo lo que su madre ha sido y, a la vez, siente la fuerza de los lazos de la sangre.
Uno más de campos de concentración.