Todos los años hacen fortuna uno o dos libritos de estos. Historias de adultos contadas por niños. Suelen ser simplones, o sentimentales, o de un tono insoportable, o todo ello a la vez. Este no está del todo mal, sobre todo porque el tono es aceptable y no está escrito para imbéciles. Papá y mamá se van a separar y el hijo quiere hacer algo y se lo pide a Dios. Hay una nevada espectacular y cambian algunas cosas.
El autor no debía estar muy convencido de la entidad del asunto y mete tres historias más, las que él debe considerar representativas de un barrio «normal»: una pareja de gays, un padre abandonado y alcohólico y una bailarina de strip-tease. Parabolitas bienintencionadas que no van más allá de la solidaridad y una concepción bastante ligth del amor, la libertad y la sexualidad.
Pero bueno, dentro de lo que hay, el fondo general es optimista. No es para tirarse a comprarlo a la librería, pero si cae en sus manos…