Marías: Lección pasada de moda. Y II.

MARIAS_Lección2
Antes de pasar a otra cosa, les amplío el comentario de este libro de Marías, para aclarar mejor a qué me refería en la entrada que le dediqué.

Algunos de sus contenidos:

• Se lamenta de la pobreza actual de la gama de insultos (“El español es todavía colérico y digno, altanero y camorrista, displicente y valentón, y le gusta mucho decir la última palabra”).

• Hay ejemplos hilarantes de malas traducciones: un corresponsal en París de TV habla de “buque emisario” (Bouc émissaire = chivo expiatorio), o en una peli Holy Ghost se traduce como El Santo Fantasma (en vez de Espíritu Santo).

Continuar leyendo «Marías: Lección pasada de moda. Y II.»

Marías: Lección pasada de moda

MARIAS_Lección

“Yo mismo reconozco que a lo largo del día suelen ser varias las cosas o los individuos o las instituciones que me irritan o vejan, y rara es la jornada en la que me acuesto sin haber experimentado la tentación de insultar, aunque sólo haya sido para mis adentros”.

Y una de las cosas que más irritan a Marías, a juzgar por el número de artículos que ha dedicado al tema (reunidos en este libro) es el mal empleo de castellano, de palabra y por escrito.

Insiste una y otra vez en que no es un purista, y le creo, porque el purista abomina de la libertad y él cree en la autonomía del pensamiento y en la de su expresión,…siempre que sean en auténtico castellano.

A mi me gustan mucho estos asuntos y las pataletas de Marías me caen bien de siempre, y más cuando tiene razones.

Errores, cosas mal dichas, disquisiciones ortográficas, imposiciones (Girona por Gerona), engendros de lo políticamente correcto (Todos y todas, personas de color, personas de peso diferente), extranjerismos, malas traducciones, zafiedades, todo tiene su momento en este libro. Por su procedencia y composición es necesariamente repetitivo, pero no molesta demasiado.

El bien y la literatura

libro2El Bien es una presencia extraña y desconcertante en una novela, nunca se sabe cuando estorba y cuando salva el libro. Ingrediente imponderable y necesario que hay que manejar con tacto exquisito, pero también dimensión sin la cual cualquier historia se hunde en el narcisismo y la futilidad.
*****

Los peores enemigos de la literatura son la sociología y la moraleja, la representatividad y el mensaje. Salvados estos escollos se puede empezar a hacer algo.

Carlos Pujol. Cuaderno de escritura (1988)